martes, 30 de julio de 2013

Cómo el Mundo puede hacer naufragar a un joven cristiano

Hago un llamado a cualquier cristiano viejo quien mantiene sus ojos abiertos y sabe lo que está pasando en las iglesias. Les pregunto a ellos ¿no es cierto que nada daña más la causa de la religión que el mundo? No es un pecado abierto, o una incredulidad abierta la que roba a Cristo de Sus siervos profesantes – tanto como:

El amor del mundo,

El miedo al mundo,

Las preocupaciones del mundo,

El negocio del mundo,

El dinero del mundo,

Los placeres del mundo, y

El deseo de permanecer en el mundo.

El mundo es la gran roca sobre la cual miles de jóvenes están naufragando.
 Esta es una cita del pastor J.C. Ryle donde expone de una manera abierta, en su tiempo, el peligro que trae el mundo, su corriente, su pensamiento y sus proponentes a la iglesia de Cristo. Así como Ryle expresaba por medio de sus predicaciones y sus escritos una voz de alerta contra los peligros del mundo, de la misma manera hoy es necesario hacerlo.

Lamentablemente vivimos en un tiempo donde el cristianismo cree de esta manera: “Mi conciencia me dice que lo que enseña y/o practica tal predicador no es correcto, pero mi corazón me dice que igual debo seguirlo y/o apoyarlo”

La cultura del silencio ante el pecado, la falsa doctrina y la mundanalidad es el estandarte en muchos ministerios quienes piensan “Yo sé que esto está mal, pero guardaré silencio, o mejor aún, miraré para otro lado” ¡Qué diferente con los verdaderos profetas de Cristo quienes nunca renunciaron a la tarea de exponer el pecado aun cuando esta misión traía vituperios, insultos, injurias y ofensas  a sus propias vidas y ministerios! Jeremías en una oportunidad siente el peso de todo esto:
Jeremías le dijo a Dios: «Dios mío, con lindas palabras me llamaste, y yo acepté tu invitación. Eres más fuerte que yo, y por eso me convenciste. »A toda hora, la gente se burla de mí. Cada vez que abro la boca, tengo que gritar: “¡Ya viene el desastre! ¡Ha llegado la destrucción!” No hay día que no me ofendan por predicar tu mensaje. Hay días en que quisiera no acordarme más de ti ni anunciar más tus mensajes; pero tus palabras arden dentro de mí; ¡son un fuego que me quema hasta los huesos! He tratado de no hablar, ¡pero no me puedo quedar callado! [Jer 20:7-9 (BLS)]
Si la mundanalidad es pecado, entonces debe ser denunciada así como quienes la promueven.

Algunas veces me ha tocado leer la manera en que la Biblia es utilizada para justificar el silencio citando: “Y el siervo del Señor no debe ser rencilloso” (2Ti 2:24 LBLA) pero este versículo no dice que el siervo de Dios no pueda indagar acerca de la verdad, o discutir puntos relacionados con la moral, la teología, etc. siempre y cuando lo haga con el espíritu apropiado. Este versículo no puede “eliminar” otro que dice que “debemos contender ardientemente por la fe dada a los santos”; debemos hacerlo, estamos llamados a ello, sin llegar a los limites de un combate armado.

La mundanalidad está introduciéndose aun en el campo reformado (esto no es una novedad), y nuestra posición no debe ser moldeada por lo que un predicador famoso diga o haga; sino por la Palabra de Dios y el Espíritu Santo que nos conduce a toda verdad.

El Señor nos dice por medio de Su Palabra: “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos” (Zac 4:6) Pero muchos, aun los autodenominados “reformados” han desechado el poder del Espíritu para sumarse al ejército y la fuerza del pragmatismo y la mundanalidad para llevar a cabo la expansión del Reino de Dios, igual que los del campo arminiano a quienes en algún momento del pasado reciente les lanzaban ellos sus afilados dardos de fuego condenatorio por el mismo pecado en que ahora ellos han caído y promueven (los arminianos organizaban – y aun lo hacen - eventos que incluían coreografías, ritmos como salsa, reggaetón y luces sicodélicas). Deberíamos recordar las Escrituras cuando dicen: “Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo?” (Ro 2:21) pero quizás debo reconocer que el viejo proverbio que me enseñaron en la niñez es muy cierto: “a nadie le huele mal su propio mal olor”

Esta entrada fue redactada con motivo de haber visualizado el siguiente video de la adoración que es promovida por la “conferencia-neo calvinista” Passion 2013:

http://www.youtube.com/watch?v=-dd9aUhkt0k