jueves, 24 de noviembre de 2011

Negociando la Santidad por el favor del Mundo

El título de la entrada describe claramente la actitud de muchos profesantes de la fe cristiana que buscan la aceptación del mundo y su corriente. Sin embargo, creo que también nos recordará el poder de la santidad y sus consecuencias en este mundo caído, así como las bendiciones espirituales concedidas desde el Trono de Dios. Este es un fragmento de “La Completa Armadura del Cristiano” escrito por William Gurnall en el año 1,665 y traducido al español por Guillermo de Lama.

Cuando perdemos el amor del hombre nosotros ganamos la bendición de Dios. “Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan, y digan todo género de mal contra vosotros falsamente, por causa de mí (Mateo 5:11) La providencia de Dios es un techo perfecto sobre nuestras cabezas para defendernos de la tormenta de la ira del hombre. Pero es una historia diferente cuando un santo es sorprendido en pecado y da la oportunidad a los impíos de hablar mal de él. El hombre insulta y Dios frunce el ceño. Su Palabra no abre Su refugio para esconderte del asalto de las lenguas que insultan. Pero cuando el impío te aborrece por tu santidad, Dios está obligado por promesa a pagarte amor por el odio de ellos, y bendecirte por sus maldiciones. ¿Podremos alguna vez quejarnos por la falta de respeto de los hombres, cuando la obediencia y la santidad nos llevan a un lugar más alto en el favor del Rey? Cuando perdemos el amor del mundo, ganamos Su reverencia y amor.

Las personas que no te aman por que eres santo puede que no te ayuden pero te respetan y temen por la misma razón. Pero cada vez que tú cedes un poco de santidad para ganar el falso amor de los pecadores, pierdes el respeto que tenían secretamente en sus conciencias por tu vida. Como Sansón, un caminar cristiano en el poder de la santidad, es grandemente temido por el impío; pero si el pecado expone un espíritu impotente, él es capturado y cae bajo el azote de la lengua y desprecio de sus corazones.

La pobreza y una clase social baja no pueden hacer de usted alguien despreciable, siempre y cuando usted mantenga la coraza de justicia. La majestad puede reinar en un corazón santo aun cuando esté vestido en andrajos. Por ejemplo, la justicia de David obligó la reverencia de Saúl, y el rey rindió homenaje a su persona desterrada: “Él lloró, y dijo a David: Más justo eres tú que yo” (Samuel 24:16,17). Y así es como debe de ser, los hombres carnales deben admitir que ellos están vencidos por las vidas santas de los redimidos. Y esto sucederá a medida que los santos se comporten de la manera distintiva y singular a la que han sido llamados por Dios, haciendo cosas que aun el mejor de nuestros vecinos incrédulos no pueden hacer.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Calvinismo y Evangelio ¿Sinónimos?

El motivo del título de esta entrada nace por una pregunta que un hermano me hace por e-mail. Hablando de la doctrina de la regeneración, el hermano pregunta ¿Esta regeneración puede ocurrir con sólo leer la biblia aparte en su casa?

No voy a tocar el tema de la regeneración, sino el mensaje de Dios, “El Evangelio” para la salvación del pecador. ¿Cómo podemos definir “El Evangelio”?

La Biblia lo define de esta manera: 1Co 15:1-4 “Ahora os hago saber, hermanos, el evangelio que os prediqué, el cual también recibisteis, en el cual también estáis firmes, por el cual también sois salvos, si retenéis la palabra que os prediqué, a no ser que hayáis creído en vano. Porque yo os entregué en primer lugar lo mismo que recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras”

Una cita del famoso predicador bautista Charles H. Spurgeon dice:

“Yo tengo mi propia opinión particular que no hay tal cosa como predicar a Cristo y a Él crucificado, a menos que prediquemos lo que hoy en día se llama la doctrina calvinista. El calvinismo no es otra cosa que el Evangelio. No creo que podamos predicar el Evangelio si no predicamos la justificación por la fe, sin obras; ni a menos que prediquemos la soberanía de Dios en Su dispensación de la Gracia; ni a menos que exaltemos el amor que elige y que no se puede cambiar, eterno, inmutable y conquistador de Jehová.

Tampoco pienso que podamos predicar el Evangelio a menos que lo basemos sobre la redención especial y particular de Su pueblo escogido y elegido, que Cristo llevó a cabo en la cruz. Tampoco puedo comprender un Evangelio que permite que los santos se aparten de manera definitiva después de haber sido llamados y deja que los hijos de Dios se quemen en los fuegos de la condenación después de haber creído una vez en Jesús” (Mensaje tomado de la autobiografía de C. Spurgeon, Vol I)

¿Está diciendo Spurgeon que una persona puede ser salva solamente si cree en un evangelio explicado sobre la base de la depravación total, elección incondicional, expiación limitada, llamamiento eficaz y perseverancia de los santos? Es decir, ¿debemos acercarnos a un inconverso con la explicación de los cinco puntos como la forma de evangelizar? Algunos, yo diría muchos, han llegado a creer de esa manera: si una persona no entiende los cinco puntos, simplemente no es salva; por el contrario, si entiende y afirma los cinco puntos, entonces es salva.

Pero, ¿Fue ese el evangelio que escuchó Spurgeon cuando Dios lo salvó? Este siervo de Dios, hablando sobre su testimonio de conversión, dijo lo siguiente:

“A veces pienso que podría haber estado en tinieblas y desesperanza hasta ahora si no hubiera sido por la bondad de Dios en enviar una tormenta de nieve, una mañana de Domingo, mientras estaba yendo a cierto lugar para adorar. Cuando no pude seguir adelante, doblé en una calle lateral, y llegué a un pequeño Templo Metodista Primitivo. En ese recinto puede haber habido una docena o quince personas. Había escuchado acerca de los Metodistas Primitivos, de como cantan tan sonoramente que provocan dolor de cabeza a la gente; pero eso no me importó a mí. Yo quería saber cómo podría ser salvado, y si ellos podían decirme eso, no me preocupaba cuanto dolor de cabeza podrían producirme. El ministro no fue esa mañana; supongo que fue impedido por la nieve. Finalmente, un hombre muy delgado, un zapatero, o sastre o algo por el estilo, subió al púlpito para predicar. Ahora, es bueno que los predicadores sean instruidos; pero este hombre era verdaderamente simple. Él estuvo obligado a apegarse a su texto, por la simple razón de que él tenía muy poco más para decir. El texto era, — 'MIRAD A MÍ, Y SED SALVOS, TODOS LOS TÉRMINOS DE LA TIERRA' [Isaías 45:22]. Él ni siquiera pronunciaba las palabras correctamente, pero eso no importaba. Había, pensé, un vislumbre de esperanza para mí en ese texto. El predicador comenzó así: — 'Mis queridos amigos, este es un texto muy simple verdaderamente. Éste dice, "Mirad". Ahora bien, mirar no requiere un montón de esfuerzos. Esto no es alzar su pie o su dedo; es sólo, "Mirar". Bien, un hombre no necesita ir a la universidad para aprender a mirar. Usted puede ser el tonto más grande, y sin embargo puede mirar. Un hombre no necesita mil años para ser capaz de mirar. Cualquiera puede mirar; incluso un niño puede mirar. Pero luego el texto dice, "Mirad a mí". ¡Ay! dijo él, con la pronunciación característica de Essex 'muchos de ustedes están mirando a sí mismos, pero no hay provecho en mirar allí. Nunca encontrarán bienestar alguno en ustedes mismos. Algunos miran a Dios el Padre. No, miren a Él más tarde. Jesucristo dice, "Mirad a mí". Algunos dicen, "Debemos esperar el obrar de su espíritu". Usted no tiene nada que hacer con eso ahora mismo. Mire a Cristo. El texto dice, "Mirad a Mí".'

Entonces el buen hombre continuó con su texto en esta manera: — 'Mirad a Mí; yo estoy sudando grandes gotas de sangre. Mirad a Mí, estoy colgado en la cruz. Mirad a Mí; estoy muerto y enterrado. Mirad a Mí; yo me levanté de nuevo. Mirad a Mí; ascendí al Cielo. Mirad a Mí; estoy sentado a la diestra del Padre. ¡Oh pobre pecador, mira a Mí! ¡Mira a Mí!'

Cuando él había llegado hasta ese tramo, y logrado extenderse unos diez minutos, estaba al fin de sus recursos. Entonces miró hacia la galería, y me animo a decir que con tan pocos presentes, él sabía que yo era un extraño. Fijando sus ojos justo en mí, como si conociera todo mi corazón, dijo, 'Joven muchacho, luces muy miserable'. Bien, ciertamente que era sí, pero antes no había acostumbrado recibir comentarios desde el púlpito sobre mi apariencia personal. Sin embargo, este fue un buen golpe, dado justo en el punto. Él continuó, 'y tú siempre serás miserable — miserable en la vida, y miserable en la muerte — , si no obedeces mi texto; pero si obedeces ahora, en este momento, serás salvado.' Entonces levantando sus manos, él exclamó, como sólo un Metodista Primitivo podía hacer: 'Joven, mira a Jesucristo. ¡Míralo! ¡Míralo! ¡Míralo! No tienes otra cosa que hacer sino mirar y vivir.'

Inmediatamente vi el camino de la salvación. No sé que más dijo él, — no presté atención a eso —, yo estaba tan obsesionado con aquel único pensamiento”

Lo primero que viene a mi mente es que en una iglesia metodista jamás voy a escuchar predicar “calvinismo”

Segundo, en el mensaje escueto que relata Spurgeon de su propia conversión, no se aprecia ninguno de los cinco puntos.

Tercero, y este es el punto crucial de la entrada, si este mensaje no contiene calvinismo, ni fue predicado por un calvinista ¿Cómo pudo llevar a Spurgeon a la salvación?

¿Qué fue lo que quiso decir él cuando dijo “El calvinismo es el evangelio”?

Si el calvinismo es el evangelio, entonces los no-calvinistas no predican el evangelio. Y si ellos no predican el evangelio, entonces Spurgeon se ha equivocado en cuanto a su propia salvación, ya que el predicador era un metodista que teológicamente es 100% arminiano.

Muchos reformados afirman que un calvinista predica más efectivamente el Evangelio. Entonces, si el calvinismo “hace más efectivo” el evangelio, por consiguiente el arminianismo lo “hace menos efectivo”; es decir, el evangelio depende de la forma de palabras que se digan para hacerlo “más” o “menos” efectivo. Aquí encontramos dos problemas graves:

Primero, que el evangelio es poder de Dios y ese poder no aumenta ni disminuye, o es más efectivo o menos efectivo, dependiendo de la forma de hablar del evangelista, Pablo dijo: 1Co 2:4 “Y ni mi mensaje ni mi predicación fueron con palabras persuasivas de sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder”

Segundo, en la persona que lleva el mensaje del evangelio no descansa poder alguno para la conversión: Hch 26:28 “Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano” Sabemos que Pablo predicaba fielmente el evangelio; pero ¿estaba en él persuadir a los pecadores? Absolutamente no. Sabemos que muchos que escucharon el mensaje de Pablo murieron en sus pecados, al igual que en nuestros tiempos.

El evangelio es el poder de Dios, no depende de palabras ni de personas. El calvinismo no garantiza los resultados en nuestras actividades de evangelismo, Dios lo garantiza. Cuando el Señor predicaba decía: “arrepentíos y creed en el evangelio” pero no todos obedecieron.

Tal vez el mayor extremo es decir que aquellos que no predican el evangelio como nosotros, los reformados, no deberían predicar ningún evangelio. Pero encontramos esa actitud en los evangelios y el Señor nos deja su respuesta: Mar 9:38-40 “Juan le dijo: Maestro, vimos a uno echando fuera demonios en tu nombre, y tratamos de impedírselo, porque no nos seguía. Pero Jesús dijo: No se lo impidáis, porque no hay nadie que haga un milagro en mi nombre, y que pueda enseguida hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros, por nosotros está”

Esta bien que deseemos que todos los redimidos sean ortodoxos y consistentes en cuanto a su visión de la salvación y de la soberanía de Dios, y que prediquen el evangelio de la forma en que lo hicieron los apóstoles y la iglesia primitiva; pero Dios nos ha enseñado que El salva a pesar que muchos de los mensajes evangelísticos no siguen la forma que El mismo  enseñó. Estos hermanos que predican de forma anti-bíblica darán cuentas a Dios por sus acciones, pero esperamos que esta entrada los despierte a una práctica evangelística según la Palabra de Dios y no en tradiciones humanistas. Debemos orar por eso, antes de tener una actitud condenatoria contra ellos.

Para responder la pregunta del hermano, si la salvación podría venir únicamente leyendo la Biblia, hice mención de la conversión de Martin Lutero, el reformador. Creo que para todos es sabido que cuando Martin Lutero estuvo estudiando de manera personal las Escrituras, más precisamente la Carta a los Romanos del apóstol Pablo, hubo un versículo, que en palabras de Lutero “lo hizo sentir renacer” ¿Cuál era este? “Mas el justo vivirá por su fe”. Lutero también dijo de este versículo "me pareció haber entrado por las puertas ampliamente abiertas del mismo Paraíso. Desde entonces la Escritura tomó toda entera un aspecto nuevo ante mis ojos" Debemos recordar que Lutero vivía en un entorno católico-romano que enseña “salvación por obras”, donde no había ningún calvinista que le predique el evangelio, sin embargo eso no fue problema para el Todopoderoso Dios, quien había escogido y predestinado a este monje para salvación desde antes de la fundación del mundo.

Entonces ¿Cuál es la relación entre el calvinismo con el evangelio? ¿Por qué Mr. Spurgeon dijo lo que dijo?

Para comenzar, creo que lo que se llama “calvinismo” se encuentra enseñado por Dios en las Escrituras, las cuales afirman que el hombre no puede conseguir la salvación sobre la base de sus méritos o de un poder propio; sino que la salvación es del Señor (Jonás 2:9). Que la justificación por fe es una total obra de Dios por medio de la vida, muerte, sepultura y resurrección del Señor Jesús.

Por estas razones, pienso que lo que el pastor Spurgeon quiso decir es que el “calvinismo” solamente desarrolla nuestro entendimiento (o comprensión) del poder del Evangelio para la salvación del pecador, según lo que las Escrituras claramente revelan.

Por lo tanto creo que el calvinismo no es el evangelio, sino que expresa la idea que la salvación es de Dios (monergista). Decir que el calvinismo es bíblico es una cosa; pero decir que es el evangelio es algo totalmente diferente. El calvinismo nos ayuda a entender la gracia, pero no es la gracia misma.

martes, 8 de noviembre de 2011

El Peligro de la Regeneración Doctrinal

“Regeneración Doctrinal" sería una buena etiqueta para la marca del calvinismo que insiste en que sólo los calvinistas de cincos punto son verdaderamente salvos. En realidad, estas personas conceden a una teología correcta el mismo poder que el arminiano da a su decisión. Insistimos en que ni el deseo del pecador ni la correcta teología pueden dar vida al pecador muerto.

Cuando Pedro dijo “eso nunca te acontecerá” nuestro Señor lo reprendió y dijo “¡Quítate de delante de mi satanás!” en aquel mismo momento Pedro ya era un hombre salvo. J.C. Ryle correctamente observa: “Sólo por que Dios ha santificado tu corazón, no significa que El ha santificado totalmente tu cerebro y te ha enseñado toda la verdad en un instante” Un verdadero hijo de Dios puede estar terriblemente confundido tanto teológica como emocionalmente y todavía estar en Cristo. Si se ponen a pensar, creo que estarán de acuerdo en que es mejor ser un santo confundido y perturbado emocionalmente en camino al cielo; que ser una persona no-regenerada bien calibrada y correcta teológicamente rumbo al infierno. Sostener firmemente la verdad de la gracia soberana, no es una prueba absoluta que una persona conozca al Señor Soberano en la forma de fe salvífica.

No estoy minimizando en absoluto la importancia de entender las doctrinas de la gracia. Nuestro entendimiento teológico no salva nuestras almas; sino que le da forma a la manera que entendemos y predicamos el evangelio. Algunos cristianos sinceros han hecho algunas declaraciones terriblemente tontas por una mala teología, aunque sus corazones estaban bien con Dios. Ese fue mi problema mientras luchaba con “la expiación limitada” por más de cinco años.

Estas palabras fueron escritas por John G. Reisinger quien sirve al Señor en la Iglesia Bautista Reformada en Lewisburg, PA, USA en un articulo titulado “La Verdad del Evangelio o Blasfemia Descarada” (Gospel Truth or Blatant Blasphemy?)

Si consideramos la “regeneración Decisional” de los arminianos como una herejía; también debemos considerar de esa misma forma a la “Regeneración Doctrinal” de algunos “calvinistas”

Creo que es necesario citar las Escrituras y hacer un corto comentario.

Jn 7:45-49 Los alguaciles vinieron a los principales sacerdotes y a los fariseos; y éstos les dijeron: ¿Por qué no le habéis traído? 46Los alguaciles respondieron: ¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre! 47Entonces los fariseos les respondieron: ¿También vosotros habéis sido engañados? 48¿Acaso ha creído en él alguno de los gobernantes, o de los fariseos? 49Mas esta gente que no sabe la ley, maldita es.

Es interesante el versículo final de nuestra cita. Los fariseos “maldecían” a la “gente” que habían creído en el Señor, pero que no conocían la Ley de Moisés.

Esa multitud no había aprendido de los rabies judíos la manera como interpretar el Antiguo Testamento ¡No habían estado en sus escuelas teológicas! Es más, era una multitud compuesta de pobres, de ignorantes y necesitados; algunos de ellos eran prostitutas y otros publicanos, personas que no tenían nada que los pudiera recomendar delante de los “doctos” fariseos ¡Pero creyeron en el Señor! ¡Creyeron en el humilde carpintero de Nazaret!

Fueron maldecidos, tratados como dignos del infierno por que no conocían la doctrina que los fariseos conocían, ¡Pero eran discípulos del Maestro! Aquella gente despreciada estaba compuesta por quienes habían sido escogidos desde antes de la fundación del mundo para salvación; solo que no sabían interpretar el Antiguo Testamento.

Debemos tener cuidado de no caer en el mismo error que los fariseos del tiempo del Señor.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Los Hipo-Calvinistas Condenando a Todos (Parte 2)

Como lo hicimos en el anterior post, vamos a comenzar exponiendo lo siguiente:

En este punto yo haría un comentario, y lo pongo en forma de pregunta: ¿No hay un peligro real de convertirnos en culpables de una forma muy sutil de Arminianismo si sostenemos que la doctrina correcta y el entendimiento son esenciales para que nosotros podamos ser usados por el Espíritu de Dios? Es puro Arminianismo insistir en una comprensión verdadera y correcta como esenciales.

El caso del joven Harris refuta esto. Por dieciocho meses él fue usado en esta poderosa manera mientras que no solo estaba confundido, sino en realidad equivocado en su doctrina. Lo mismo, por supuesto, es verdad en el caso de John Wesley. Yo recuerdo haber hablado una vez en el aniversario en el Hall Central, Westminster. Le dije que sentía que estaba allí para representar a George Whitefield, y exponiendo un poco sobre la diferencia entre el punto de vista teológico de Whitefield y Wesley hice una observación la cual repito en esta ocasión.

Yo dije que John Wesley era para mí la gran prueba del calvinismo. ¿Por qué? ¡Porque a pesar de su pensamiento erróneo él fue utilizado enormemente por Dios para predicar el Evangelio y convertir a las almas! ¡Esa es la prueba definitiva del calvinismo – la predestinación y la elección!. Sin duda, viene con toda claridad en el caso del joven Harris Howell

También quiero aportar esto que sigue:

Yo resumiría esta sección así. Una de las mayores pruebas de la verdad de las doctrinas enfatizadas por Calvino, lo que se conoce como "calvinismo" - aunque ya he dicho que no me gustan estos términos - es John Wesley. El era un hombre que fue salvo a pesar de sus pensamientos confusos y erróneos. La gracia de Dios lo salvó, a pesar de él mismo. ¡Eso es calvinista! Si tú dices, como calvinista, que un hombre es salvado por su entendimiento de doctrina, tú estás negando el calvinismo. No eres calvinista. Todos nosotros somos salvos a pesar de lo que nosotros somos en todos los aspectos. Por lo que sucede que los hombres que pueden estar tan confundidos, por lo que llevan en su propia razón humana, como fue con John Wesley y otros, son hombres salvos y cristianos, como todos nosotros, porque “todo es por la gracia de Dios y a pesar de nosotros"

Creo que es preciso decir por adelantado que no es mi intención hacer una defensa del sistema teológico arminiano. Por el contrario, estoy seguro que el arminianismo es un sistema inconsistente de principio fin, que ha sido fácilmente refutado por las Escrituras en diferentes tiempos de la iglesia cristiana. El arminianismo y sus postulados son un error teológico. Han sido teólogos arminianos quienes han inventado (creo que está bien decirlo así) doctrinas que destruyen la esencia y los atributos de Dios, tal como el “teísmo abierto” con la finalidad de defender el indefendible “libre albedrío”; entre otras doctrinas “nuevas” tal como “el no-Señorío” de Cristo en la vida del salvado, etc. Soy reformado, no solamente en mi soteriología, sino también en las doctrinas mayores de la Biblia.

El punto de estas entradas es el siguiente ¿Puede una persona que se llama cristiana y que rechaza las doctrinas de la gracia, ser salva? O dicho directamente ¿Son salvos los arminianos?

Esto quiero decir como un paréntesis (no soy dispensacionalista). Hay algunos que  abrazan la soteriología calvinista, pero que no necesariamente han sufrido regeneración espiritual. Creo que todos en algún momento nos hemos encontrado con “calvinistas intelectuales” (ortodoxos) pero cuyo testimonio de vida deja mucho que desear. El Evangelio no es solamente soteriología, el evangelio es un código de conducta por el resto del peregrinaje del nacido de nuevo aquí en la tierra: Filipenses 1:27 “Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo” y no todos los “calvinistas” viven bajo ese código; es decir, no se comportan como es digno del evangelio.

Enfocarse tanto en la soteriología ha hecho que se pierdan de vista otras doctrinas mayores como la regeneración y la justificación por fe. Pareciera que muchos solamente leemos “Doctrinas Clave” de Edwin H. Palmer.

Pero la pregunta es ¿Puede una persona ser condenada al infierno por ser arminiana? O también ¿Es necesario ser calvinista para ser salvo? Como buen calvinista, voy a ir a las Escrituras y espero ser lo suficientemente argumentativo y sencillo desde todos los ángulos.

Comencemos: ¿Qué sucede primero: el nuevo nacimiento o el discernimiento doctrinal? La Biblia dice claramente que el nuevo nacimiento es primero que todo. En Efesios 1:1 vemos que el apóstol Pablo dirige su epístola a “los santos”; es decir su carta va dirigida a nacidos de nuevo, a cristianos, a regenerados por el Espíritu Santo, a hijos de Dios; y en el versículo 15 lo confirma cuando dice que “he oído de vuestra fe en el Señor Jesús y de vuestro amor por todos los santos” Mas adelante habla del conocimiento que estos “santos” aun no tenían y por eso ruega a Dios para que se los conceda (ver versículos del 15 al 23). Aquí esta muy claro, el nacimiento espiritual antecede al conocimiento. Si luego del nuevo nacimiento, el creyente no tuviera un conocimiento correcto de las Escrituras ¿Volvería a su estado perdido por eso?

Ahora, olvidándonos del resto contestemos la siguiente pregunta ¿Debo amar al nacido de nuevo, no importando su posición doctrinal? El mismo Señor Jesucristo nos manda que así sea; y si no lo estamos haciendo entonces nos encontramos en abierta rebelión contra Dios y eso se llama pecado, para quien sea, calvinista o arminiano.

Rebatiendo un poco más; Efesios 2:8 “Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios” Este versículo elimina cualquier obra o mérito humano para ser salvado. ¡La salvación es del Señor! Pero cuando escuchamos que otras personas quieren añadir “algo” a la cruz, como la fe por ejemplo; inmediatamente levantamos el dedo para acusarlos de ¡herejes! Pero en el lado reformado intentamos “añadir” la “doctrina calvinista” a la cruz pero nadie nos puede acusar; por que somos “reformados”. En sencillas palabras: Decir que además de la cruz, debo sostener el calvinismo como doctrina personal para ser considerado salvo, es una herejía tan igual como el pelagianismo; o mejor dicho: eso sería “Calvinismo-Pelagiano”

Esto no es todo el peso de las Escrituras por el cual se refuta la necesidad de ser calvinistas para ser considerados como pueblo de Dios. Ya lo he dicho al principio, que existen “calvinistas” que son esclavos de pornografía y de la sensualidad, pero son muy convincentes en cuanto a los cinco puntos del calvinismo. El calvinismo no salva a nadie, ¡El evangelio salva! Y el evangelio nos manda a amar al hermano. Es más, el amor al hermano es una prueba de nuevo nacimiento, es una demostración que soy verdadero discípulo del Señor.

Yo quisiera saber una cosa ¿Dónde dicen las Escrituras que es necesario ser calvinista para ser salvo? Y si no lo dice en ninguna parte ¿Por qué actuamos como sí lo dijera?

No voy a agotar mis argumentos bíblicos en esta entrada, dejaré más de ellos para los siguientes posts. Ahora quiero conversar algo acerca de John Wesley, y es preciso hacerlo pues mis propios ojos han leído comentarios en facebook diciendo que este hombre no era cristiano; y por consecuencia lógica de ideas, está en el infierno.

George Whitefield conocía a John Wesley por los años que estudiaron juntos en Oxford. Fueron amigos al principio pero luego hubo un distanciamiento por cuestiones doctrinales, el asunto de la predestinación era sostenido por Whitefield, pero rechazado por Wesley. La historia cristiana relata de manera clara que Wesley aborreció el calvinismo y predicaba en contra de esta forma de doctrina.

¿Sabían que Whitefield siempre respetaba a Wesley como su “padre espiritual en Cristo”? Aunque se decía que las multitudes de Whitefield eran mucho mayores que las de Wesley, el continuó mostrando gran respeto por Wesley hasta el final de su vida. A pesar que el arminianismo de Wesley fue muy hostil hacia el calvinismo de Whitefield, George Whitefield pidió que fuera John Wesley quien diera el sermón en su funeral, y así fue hecho. Whitefield tenía la certeza que, a pesar de la oposición de Wesley hacia el calvinismo, él era un cristiano y ministro de Dios, por esa razón eligió a este ministro para el responso ante sus restos.

Creo que si George Whitefield leyera los comentarios de los calvinistas que condenan a Wesley en facebook diría: “estos no son calvinistas”, como lo dice la segunda cita que puse al principio de esta entrada. Estas poquísimas líneas deben invitarnos a reflexionar.

Antes que me olvide de decir, las dos primeras citas de esta entrada las escribió el exponente más grande del calvinismo histórico del siglo XX ¿su nombre? D. Martyn Lloyd Jones; quien también ha sido condenado por los “otros calvinistas” por escribirlas. Según estos “condenadores” tampoco se tiene certeza que este hombre de Dios se encuentre en el cielo; a no ser por supuesto, que se haya arrepentido de escribirlas. Estas citas las puede leer en el libro del Dr. Jones “Los puritanos: Sus Orígenes y Sucesores”

 Escrito por Guillermo de Lama, Este artículo puede ser reproducido de manera gratuita, sin quitar ni agregar nada y considerando el nombre del autor y el sitio web desde donde ha sido tomado.