Hoy día, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos de América emitió su decisión sobre la constitucionalidad de la Ley Federal de Defensa del Matrimonio; la Corte declaró que esta ley Federal era inconstitucional. Ahora, esta decisión abre la puerta para el reconocimiento de los matrimonios del mismo sexo como legales.
Esto traía a mi mente algunas cosas que estuve conversando con hermanos de ese país hace pocos años atrás, cuando ya se veía venir esta clase de leyes: “La Ley de defensa del Matrimonio, un día será declarada inconstitucional” dijimos eso, y eso es lo que ha ocurrido en este día.
Pero también nos pusimos a pensar en las consecuencias para la iglesia por una sentencia de esta naturaleza, y me explicaban acerca de los beneficios de impuestos que las iglesias tienen en los EEUU. Por ejemplo, las iglesias tienen exoneraciones tributarias sobre la propiedad de sus edificios; es decir, ellas no pagan impuestos por los terrenos ni los edificios que son de su propiedad. Otro ejemplo lo vemos en los ingresos que tienen las iglesias por conceptos tales como “los diezmos” y “las ofrendas”, la ley norteamericana considera que estas entregas de dinero son deducibles del Impuesto a la Renta (o Impuesto a las Ganancias); creo que ese es uno de los incentivos por los cuales, los creyentes en ese país giran cheques a nombre de sus iglesias para entregar sus diezmos y ofrendas, y de esa forma queda “registrado” tal egreso deducible de sus impuestos.
¿Cuál es la consecuencia para la iglesia cristiana con esta decisión que abre la puerta para el reconocimiento de los matrimonios entre personas del mismo sexo?
Definitivamente tienen que haber consecuencias.
En los Estados Unidos de América, un pastor evangélico tiene autoridad de ese gobierno para casar a las personas y esa autoridad es la misma que tiene un juez en estos casos. El matrimonio oficiado por un ministro evangélico, se reconoce como válido ante la ley en USA. Por lo tanto, en el caso que se considere legal la unión entre personas del mismo sexo, entonces los pastores evangélicos estarían obligados por ley a realizar esos matrimonios, negarse a ello seria “ilegal”
Por otro lado, también pensábamos (hace como unos cuatro años) que el gobierno iba a ejercer sanciones contra las iglesias y contra los pastores que se rehúsen a casar a los homosexuales, y pensamos que las sanciones vendrían por el lado de la exoneración tributaria que gozan tanto las iglesias como los asistentes que apoyan esas iglesias con su dinero que, a la misma vez, les concede a ellos beneficios tributarios personales.
Por ejemplo, una manera de perder este beneficio, que ya se encuentra en la legislación tributaria de USA, es cuando una iglesia o un pastor participan en campañas políticas hablando (a favor o en contra) de los candidatos que se encuentran en carrera.
Este escenario hipotético hizo que se levantaran las siguientes preguntas:
¿Qué sucedería en el caso en que el gobierno norteamericano obligue a los pastores y a las iglesias a casar homosexuales para no perder sus beneficios tributarios?
Si la iglesia y el pastor escogieran perder los beneficios tributarios con tal de no participar en el casamiento de personas del mismo sexo ¿seguirán los creyentes aportando su dinero a sus congregaciones, a pesar de ya no gozar de beneficios tributarios personales?
Bueno, escribo esto considerando que si ya se ha cumplido una parte de la conversación que tuvimos hace casi cuatro años; entonces ¿Por qué no podría cumplirse también la otra parte que conversamos en aquel entonces?
Aquella vez creímos que esa sería una manera que el Señor utilizaría para purificar Su iglesia y, con esto, ver quiénes son los verdaderos seguidores de Cristo.