Primero, movimientos y ministerios como “Together for the Gospel” y “the Gospel Coalition” han recomendado ministros carismáticos, iglesias y sus prácticas a jóvenes ministros calvinistas y sus iglesias
Segundo, la fusión del carismatismo y la teología calvinista ha sido promovida entre los ministros jóvenes por el uso generalizado y la influencia de la “Teología Sistemática” de Wayne Grudem en varias escuelas y seminarios evangélicos. Aunque hay mucho que recomendar en la calidad devocional de la obra de Grudem, y en su perspectiva general bautista calvinista, los lectores reformados no podrán afirmar su defensa de las prácticas carismáticas dentro de la iglesia.
Tercero, y quizás el más significativo, la influencia carismática de la música cristiana contemporánea “tercera ola” (third wave), ha sustituido en gran medida la liturgia de adoración en la mayoría de iglesias protestantes, evangélicas conservadoras, y ahora muchas de las letras de las nuevas canciones están siendo influenciadas por la resurgencia doctrinal del calvinismo.
¿Por qué uno debe tener cuidado con esta fusión del carismatismo con la teología calvinista? Aquí hay cinco preocupaciones específicas:
1. Uno no puede sostener la validez de los “dones de señal” carismáticos en la iglesia hoy, y ser consistentemente bíblico y reformado en su perspectiva teológica.
En primer lugar tenemos que entender que sostener la soteriología calvinista (los cinco puntos) no es suficiente para que un ministro o una iglesia sean reformados. La Teología Reformada – incluye especialmente el principio regulativo de la adoración – y debe ser también aplicada a todos los otros aspectos de doctrina y práctica en la iglesia.
Basados en una sana exposición bíblica y pruebas demostrativas, los clásicos Credos y Confesiones Reformadas rutinariamente rechazan la continuación de los dones carismáticos y sus experiencias. La Segunda Confesión Bautista de Londres (1689), por ejemplo, trata con este asunto en su declaración de Las Escrituras:
“… por lo que le agradó al Señor, en varios tiempos y de diversas maneras revelarse a sí mismo y declarar su voluntad a su Iglesia; y además para conservar y propagar mejor la verdad y para el mayor consuelo y establecimiento de la Iglesia contra la corrupción de la carne y la malicia de Satanás y del mundo, le agradó dejar esa revelación por escrito, por todo lo cual las Santas Escrituras son muy necesarias, y tanto más cuanto que han cesado ya los modos anteriores por los cuales Dios reveló su voluntad a su Iglesia” (énfasis añadido)
Uno no puede afirmar consistentemente que sostiene la doctrina reformada y al mismo tiempo afirmar el “no-cesacionismo”
2. El énfasis en nuestros tiempos actuales para sucesos extraordinarios y milagrosos socava el énfasis bíblico sobre los “medios ordinarios” de gracia.
Cuando Eliseo le dijo a Naamán que se sumerja siete veces en el Jordán, el comandante leproso se sintió ofendido que se le haya dado una tarea tan ordinaria. (2 Reyes 5) ¡Él quería una experiencia extraordinaria!
En el Nuevo Testamento, el claro énfasis para la edificación y crecimiento espiritual está en los “medios ordinarios”: Los creyentes deben orar (1Ts 5:17) cantar cánticos de alabanza (Ef 5:19; Col 3:16) predicar (1 Ti 4:2) congregarse (Heb 10:24-25) leer la Biblia en voz alta (1 Ti 4:13) ofrendar (1 Co 16:1-2) Por otro lado, a los creyentes no se les anima activamente a practicar o buscar experiencias o dones milagrosos.
3. Aquellos que niegan la cesación de las experiencias y dones carismáticos extraordinarios para la iglesia de hoy, ignoran el paralelo bíblico de la cesación de algunos oficios bíblicos.
Después de la resurrección y ascensión del Señor Jesús, algunos dones existieron por un tiempo limitado para validar la autoridad y el ministerio de los apóstoles (cf. Mc 16:17-18; Hch 2:43; 5:12; 15; 14:3; 15:12; 19:11; 2Co 12:2) Con la terminación del Canon de las Escrituras estos dones milagrosos cesaron. Un paralelo claro que existe en el Nuevo Testamento está relacionado a los oficios que existieron en la era post-apostólica. Los oficios de apóstol, profeta y evangelista fueron “extraordinarios” y no se extendieron más allá del tiempo de los apóstoles; mientras que los oficios “ordinarios” de ministros, ancianos, diáconos han continuado a través de la era del evangelio (cf. 1Co 12:28-31; Ef 4:11-12; 1 Ti 3:1-12; Tit 1:5-9) Para una convincente discusión sobre este punto, vea Walter J. Chantry, “Señales de los Apóstoles: Observaciones al Pentecostalismo Viejo y Nuevo” (Estandarte de la Verdad, 1973) y Samuel Waldron “Continuaron: ¿Son los Dones Milagrosos para Hoy” (Publicaciones Calvario, 2005)
4. La promoción de la doctrina no-cesacionista alienta un deseo primordial de experiencias espirituales extraordinarias que pueden llevar a confundir las creencias y prácticas teológicas.
El teólogo R. Scott Clark llama al deseo evangélico por experiencias extraordinarias como QIRE siglas en idioma inglés que significan “La búsqueda de la experiencia religiosa ilegítima” (vea su libro: “Recuperando la Confesión Reformada: Nuestra Teología, Piedad y Práctica” [P&R, 2008]) Él también señala cómo la pretensión de muchos evangélicos para “ser abiertos” a los dones carismáticos y otros fenómenos, conduce a algunos a entender falsamente los acontecimientos “ordinarios” como “extraordinarios” Aquí tenemos un ejemplo.
Un niño está enfermo y la iglesia ora para su recuperación. El niño es tratado por un médico de su enfermedad y se va recuperando gradualmente. La iglesia entonces afirma autoritativamente que Dios ha sanado al niño por causa de sus oraciones. Ciertamente Dios es soberano sobre la salud del niño, y Él puede haberse placido de usar las oraciones de la iglesia para dar una recuperación en la salud del niño. Las Escrituras dan instrucciones claras acerca del ejercicio de la oración como un medio ordinario para el enfermo (Stg 5:13-15) Dios puede obrar milagros, incluyendo sanidad, de acuerdo con su buena voluntad. Por definición de su propia Deidad Soberana, Dios puede escoger como a Él le place (Dn 4:34-35) Sin embargo, no hay absolutamente ninguna manera objetiva de medir o evaluar que lo que afirma la iglesia; esto es, que sus oraciones dieron como resultado la recuperación del niño, sea verdadera. Por necesidad, esta conclusión sería un asunto de fe. En cualquier caso, si el niño se recuperó después de las oraciones de la iglesia, entonces esto habría sido el resultado de un medio ordinario, en lugar de uno extraordinario. Otra vez, la oración como instrumento, es un “medio ordinario” Dios no hubiera sido menos soberano si el niño no se hubiera recuperado (cf. La respuesta de Job al sufrimiento en Job 1:21) También podemos preguntar cómo miraríamos a las circunstancias si el niño hubiera sido parte de una iglesia mormona o de los testigos de Jehová. Si el niño se recupera después de que ellos han orado por él en aquellas falsas iglesias ¿Diríamos que Dios ha contestado milagrosamente sus oraciones como una forma de afirmar sus doctrinas y prácticas? Qué hubiera pasado si el niño hubiera sido parte de una familia atea, y ellos no oraron por el niño y aun así se recuperó ¿Diríamos que Dios obró un milagro en respuesta a la incredulidad de ellos? Buscar experiencias extraordinarias conduce a declaraciones subjetivas y confusión doctrinal.
Una vez más, R. Scott Clark afirma que los que abrazan la doctrina carismática tienden simplemente a interpretar a los acontecimientos ordinarios como extraordinarios. Clark pregunta de manera intencional lo siguiente ¿Por qué no vemos, a los que promueven el no-cesacionismo, hacer las cosas que son verdaderamente milagrosas como los primeros apóstoles y sus colaboradores hicieron? ¿Por qué ellos no reclaman tener la capacidad de resucitar muertos como Pedro y Pablo hicieron (cf. Pedro resucitando a Tabita en Hch 9:36-41; y Pablo resucitando a Eutico en Hch 20:9-12)? ¿Por qué ellos no afirman tener la capacidad de ser milagrosamente transportados por el Espíritu, de un lugar a otro, como sucedió con Felipe (Hch 8:39)? Los “milagros” que ellos afirman hoy difícilmente se pueden comparar a las señales auténticas que acompañaron a los apóstoles.
5. El énfasis en la experiencia extraordinaria socava la Suficiencia y la Autoridad de la Escritura
Esto es más claramente afirmado en el relato del Señor Jesús del Rico y Lázaro en Lucas 16:19-31 La narrativa concluye con el hombre Rico rogando al padre Abraham que envíe a Lázaro a la casa de su padre para advertir a sus cinco hermanos no sea que también ellos lleguen al mismo lugar de tormento (vv. 27-28) Abraham responde: “Ellos tienen a Moisés y a los profetas, que oigan a ellos” En otras palabras, Abraham le dice al hombre Rico, que sus hermanos tienen las Escrituras, y ésta debe ser suficiente para advertirles de la realidad del infierno. El hombre Rico protesta: “No padre Abraham, sino que si alguno va a ellos de entre los muertos, se arrepentirán” (v. 30) El hombre Rico es esencialmente un “no-cesacionista” Él cree que Dios debe usar un suceso extraordinario para cambiar los corazones de sus hermanos. Seguramente, ¡Un espíritu que venga de entre los muertos hará la diferencia! Abraham responde: “si no escuchan a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán si alguno se levanta de entre los muertos” (v. 31) De hecho, para nuestra presente perspectiva vemos cómo el milagro más grande del mundo ya ha tenido lugar. ¡Cristo ha sido levantado de la muerte! Sin embargo, muchos aún siguen impasibles, fríos e indiferentes al evangelio. Jesús nos recuerda aquí que su medio preferente de hablar a los hombres no es a través de experiencias fantásticas, sino a través del medio ordinario de las Escrituras. El celo por las experiencias, socava, en verdad, la doctrina de la Suficiencia de las Escrituras.
Escrito por el pastor Jeffrey T. Riddle, pastor de la “Iglesia Bautista Reformada de Cristo” en Charlottesville, Virginia.
http://reformedbaptistfellowship.org/2010/08/13/five-concerns-about-the-merging-of-charismatic-and-calvinistic-doctrine/
stos comentarios de bautistas reformados e, el anglicanismo, el pentecostalismo etc. están teniendo muchas diferencias dentro de lacristiandad , esto crea mas confusión, en realidad estamos en los últimos días en que cada pastor , predicador dice la verdad, debemos seguir orando, escudriñar la palabra, el Señor hace como quiere, pero solo veo en esto un caos, se estan cumpliendo las escrituras,debemos swer firmes en la doctrina verdadera, no debiéramos dividirnos tanto, si somos hijos de Dios y creemos que su hijo Jesús es el ünico mediador para salvarnos y que nos dejó el consolador o sea el Espíritu Santo, no nos dejó solos,. Lo que estan haciendo cada iglesia es doctrina mundana que cada uno le conviene por eso mismo hay personas que se ponen tibias o frias, despues nosotros mismos cometemos el error de sacarlos de sus iglesias, no perdamos de vista la palbra sin mácula y verdadera y dejémonos de ver y criticar las distintas congregaciones,además no nos vamos a , dejemos tranquilos a loas hnos. donde sea que se congrgenlbar si somos luteranos, pentecostales o bautistas, solamente por la misericordia de Dios , no nos saquen de nuestras iglesias, estudiemos la palabra, oremos, , si el Señor dejó :obispos, pastores, maestros, evangelistas, dejemos de ser como los fariseos que miraban la paja del ojo ajeno y no la viga de él. yo respeto a todos, pero dejemos de confundirnos mas, si uds. se creen sabios en su propia opinión no se que dirá el Señor, haganlo por los hnos. débiles, los que estan comenzando , no les hagan mas daño
ResponderEliminarHermana Micaela, gracias por visitarnos y comentar.
ResponderEliminarVoy a procurar responder a su comentario siguiendo el orden de sus ideas. Es verdad que nosotros vivimos un tiempo de mucha confusión doctrinal, nadie se hubiera imaginado una fusión entre el calvinismo y el movimiento carismático 50 años atrás, pero eso se está dando. Y la clave para entender las cosas se encuentra precisamente en el tiempo. Cuando Dios nos salva a su tiempo y miramos a nuestro alrededor, creemos que el cristianismo ha sido de esta manera desde siempre, pero eso es un error muy grande. No tenemos nosotros 300 años de edad para poder tener una visión de las cosas mas precisas, pero tenemos la historia cristiana y el desarrollo de la teología que nos ayuda a ello. Siguiendo el ejemplo que le digo, de tener 300 años, usted se hubiera dado cuenta que el movimiento pentecostal y carismático no existieron (estos tiene 100 años de vida solamente) se hubiera dado cuenta que en las iglesias no se enseñaba que el hombre tenía “libre albedrio” para escoger a Dios (escoger su propia salvación) también se daría usted cuenta que muchas de las cosas que se enseñan hoy como “sana doctrina” fueron condenadas como herejías por los concilios del pasado.
Mi propósito es predicar la antigua verdad que predicaron los cristianos del pasado, donde no hubo mucha denominaciones ni “carismatismo” ¿usted cree que eso le puede hacer daño a un cristiano, por más joven que sea en la fe? Yo pienso que no, yo creo que la verdad no puede herir, sino todo lo contario.
Hermana, Cristo me va a reprochar si yo callara la verdad que he llegado a conocer por Su gracia, igual si no advierto al rebaño que le pertenece a El de falsas enseñanzas que se están dando en estos tiempos finales ¿no cree usted?
Que el Señor le bendiga.