Por ello, es importante que nosotros podamos discernir en esta tarea. Por ejemplo, veamos este pasaje:
No envié yo aquellos profetas, pero ellos corrían; yo no les hablé, mas ellos profetizaban. Pero si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras. (Jeremías 23:21-22)Quisiera traer el comentario de Matthew Henry que nos trae más luz en este tema tan importante:
Los falsos profetas de Samaria habían seducido a los israelitas para la idolatría; sin embargo, el Señor consideraba a los falsos profetas de Jerusalén como culpables de iniquidad más horrible, por la cual la gente se había hecho más osada para pecar. Los falsos maestros serían llevados a sufrir la parte más amarga de la ira del Señor. Los hicieron creer que no había daño en el pecado y así lo practicaron; entonces, hicieron que los demás les creyeran. Los que resolvieron ir por mal camino, serán justamente dados a creer enormes engaños, pero, ¿qué pasa con los que han recibido revelación de Dios o han entendido algo de su palabra? Viene el día en que ellos reflexionarán con remordimiento en su necedad e incredulidad.La doctrina de alguno que enseña en el Nombre de Cristo no es suficiente para aceptarla como tal: Si es complaciente con el pecado, el tal está contra Cristo. Si es amable con el mundo, tal persona está contra Cristo. Si la enseñanza los vuelve más osados para pecar, tal predicador está contra Cristo. Si la enseñanza conduce a ser consentidores con los apóstatas y ecuménicos, el tal está contra Cristo. Si conduce a la indiferencia a los mandamientos del Señor, tal orador está contra Cristo.
La enseñanza y el ejemplo de los profetas verdaderos condujo a los hombres al arrepentimiento, la fe y la justicia. Los falsos profetas condujeron a los hombres a confiar en formas y nociones y a estar tranquilos en sus pecados. Pongamos cuidado de no seguir la injusticia.
El Señor advierte a la iglesia sobre los tales diciéndonos por medio de Su Palabra:
Así que, por sus frutos los conoceréis (Mateo 7:20)¿A qué se refiere con ello? Bueno, el Señor nos dice que podemos reconocerlos por los resultados en sus ministerios. Parafraseando a Matthew Henry podemos hacernos las siguientes preguntas:
¿Cómo son las personas que congregan junto con tal orador que usa las Escrituras? ¿Son llevados a un temor reverente a Cristo y Sus mandamientos? ¿Son liderados hacia una adoración reverente a Dios? ¿Son llevados a honrar a Dios con su manera de vestir? ¿Qué es lo que ha producido en el alma de los oyentes la predicación de ellos? ¿Un evangelio que cambia la manera de pensar, pero que no cambia toda la manera de vivir?¡Esos son algunos de los frutos de aquellos que predican en el Nombre de Dios, sin haber sido enviados por Él! Y las Escrituras nos dice que debemos apartarnos de los tales.
(Extracto del sermón “Para Cristo no hay terreno neutral” predicado por el Ps. Guillermo de Lama el domingo 18 de Enero del 2,015)
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