Le escribieron lo siguiente:
Hemos quitado todo lo que contenía su casa, y lo quitaríamos a usted si pudiéramos; porque nosotros odiamos la adoración, que causa todas nuestras enfermedades y muertes; ella va contra nuestras costumbres y condena las cosas en las que nosotros nos deleitamos.Una señal que una iglesia necesita avivamiento es que ellas no están cambiando la cultura a su alrededor. Esta es en realidad la señal de una iglesia desobediente porque no hace un llamado al cambio cultural que la obediencia produce, porque el evangelio debe tener un efecto en todo – en el pensamiento, en el vivir, en el trabajo, en la música, en el entretenimiento… ¡en todo! El evangelio trae la ocasión para cambiar lo vil del mundo por el verdadero tesoro y la belleza verdadera.
El Evangelio trae belleza para las cenizas. A menudo, sin embargo, hemos participado en estas cosas viles por tanto tiempo, que no vemos lo dañinas que son y cuan groseras comparadas con las cosas del Reino de Dios. Como resultado, los incrédulos de hecho odian lo que es bello y bueno y, en consecuencia, odian la adoración a Dios y todo lo que ella trae. John G. Paton, misionero a las Nuevas Hebridies a mediados del siglo 19 se encontró con esto en muchas maneras muy vívidas.
Escrito por Scott Brown
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