sábado, 11 de julio de 2015

¿Por qué permitió Dios la aprobación de la Ley del Matrimonio homosexual en USA?


El  11 de setiembre del 2001 ocurrieron los atentados contra las torres gemelas en los Estados Unidos. Aquella mañana yo estaba en mi oficina, cuando de pronto comenzaron a transmitirse las imágenes de tal tragedia. Todos estábamos desconcertados y atónitos por lo que nuestros ojos estaban viendo, todo parecía increíble e inexplicable.

En aquel tiempo, yo estaba sin Dios por el mundo. Junto con mis compañeros de trabajo procurábamos responder a estas preguntas ¿Cómo pudo haber ocurrido algo como eso?; ¿Quién podría ser el autor de tal atentado terrorista? Las posibles respuestas que nos dábamos unos a otros para tratar de entender lo que pasaba no escapaban del ámbito secular. Todas ellas se centraban en una venganza de algún grupo islámico contra la nación Estadounidense.

Dos años más tarde Cristo me salva. Por la gracia del Señor me encontré con una pregunta acerca de lo ocurrido con las torres gemelas, pero esta pregunta decía: ¿Por qué Dios permitió el ataque del 11 de Setiembre del 2011? Esta vez la interrogante estaba centrada en la Persona de Dios como Soberano y la respuesta debía tratar de descubrir la Voluntad del Señor para que permitiera lo que ya conocemos.

La respuesta fue muy interesante. La persona que la expuso decía algo como esto:
“A Dios lo hemos estado echando fuera de nuestra nación: Hemos quitado Sus Diez Mandamientos de nuestras escuelas, se prohibieron las oraciones a Él en las escuelas de nuestros hijos, las Biblias han sido retiradas y prohibidas en las escuelas. A Dios se le ha estado diciendo que se vaya de nuestras vidas y Él, siendo el Caballero que es, ha abandonado a esta nación”
Pero las cosas parecen ir de mal en peor. Dios permitió un ataque terrorista en el 2011 y desde allí, hasta ahora, ha permitido un ‘ataque moral’ a la sociedad Norteamericana y, al parecer, las cosas se pondrán más difíciles (moralmente hablando)

¿Pudo Dios haber impedido que aquella Decisión de la Corte Suprema de los EEUU resulte en favor de la inmoralidad?
¡Por supuesto que Dios podía hacerlo!

Su Palabra es muy clara al respecto. Dios dice:
Como los repartimientos de las aguas, así está el corazón del rey en la mano de Jehová; a todo lo que quiere lo inclina. (Proverbios 21:1)
Este versículo nos enseña que los gobernadores tienen el poder (humanamente hablando); pero la dirección divina es la que prevalece.- Dios tiene el control sobre la política mundial. Entonces…

¿Por qué permitió Dios la aprobación de la Ley del Matrimonio homosexual en USA?
Por lo general nosotros los creyentes, de manera instintiva – carnal- cuando ocurren hechos como los que hemos presenciado, culpamos al diablo, a los incrédulos y al incremento del pecado y la inmoralidad, principalmente.

Pero en esta oportunidad me parece que deberíamos buscar la respuesta por medio de dar una mirada al cristianismo de nuestros días, y no fuera de él.

Dice la Escritura que la iglesia del Dios Viviente es “la Columna y Sostén de la Verdad” (1 Ti 3:15) yo me pregunto.- ¿Realmente es la iglesia de hoy así como leemos que la Palabra de Dios la describe?

Los EEUU es una nación fundada bajo los principios de las Escrituras
Nadie puede discutir esta afirmación. Pero…

¿Quiénes fueron aquellos quienes la fundaron? Bueno, la historia dice que fueron un grupo de cristianos que llegaron a las costas norteamericanas provenientes de Europa. Estos cristianos fueron conocidos como “los Peregrinos” (Pilgrims) y los “Puritanos Separatistas”

Aquellos que hemos tenido la oportunidad de leer los escritos de estos cristianos del pasado, podemos darnos cuenta, de manera inmediata, que existe una gran diferencia entre el cristianismo que ellos creyeron y vivieron, con el cristianismo que se cree y se vive en nuestros días en los EEUU. Sin lugar a dudas, la mayoría de profesantes cristianos han abandonado esa forma de vivir y de enseñar a Cristo y Su Evangelio.
Esto me recuerda el siguiente pasaje de las Escrituras:
Y toda aquella generación también fue reunida a sus padres. Y se levantó después de ellos otra generación que no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho por Israel. (Jueces 2:10)
No podemos negar que desde que los puritanos y los peregrinos fueron reunidos con Su Salvador en los cielos, se han venido levantando generaciones que no conocen a Jehová Dios. Las iglesias establecidas por ellos fueron diferentes a la mayoría de las iglesias de hoy en aquel país.

Lo que quiero decir es que una gran cantidad de los profesantes cristianos de nuestros días en los Estados Unidos han abandonado los principios bíblicos establecidos por los Padres Fundadores de aquella nación. Sin lugar a dudas esto debe tener alguna relación con el asunto que vengo tratando.

El cristianismo profesante de los EEUU se caracteriza por la complacencia.
La Palabra de Dios habla de un grupo quienes “se complacieron en la injusticia” (2 Tesalonicenses 2:12) y pienso que ese ha sido el inicio de este derrumbamiento moral de dicha nación, al no haber poder espiritual en la mayoría de las iglesias profesantes, al complacerse ellas en la injusticia y el pecado.

¿De que complacencia estoy hablando? / Respuesta.- de muchas
Cuando los “líderes de la iglesia” se juntaron con hombres apóstatas como Rick Warren invitándolo a sus conferencias, llamándolo como un hombre “bien centrado en la teología” tomándose fotografías amigables con aquel enemigo de Cristo y Su evangelio, los profesantes cristianos se complacieron y no levantaron su voz de protesta contra semejante pecado, sino que continuaron apoyando con sus palabras y con su silencio tales actos de desobediencia a la Palabra de Dios. ¿Y vamos a creer que el Dios Santo iba a permanecer sin hacer juicio sobre esto?

Cuando los “líderes de la iglesia” se reunieron para felicitar a otros “líderes ecuménicos” como Billy Graham, quien fue denominado por la iglesia evangélica como “el Josafat del siglo XX”; y además publicaron un artículo en una web que pertenece a un movimiento para-eclesiástico donde se decía de este traidor de la causa de Cristo, de quien se dice que llegó a besar el anillo del anticristo de Roma, que fue “el evangelista prominente del siglo pasado”; ante todos estos hechos públicos los profesantes cristianos se complacieron, y de la misma forma guardaron un silencio cómplice en lugar de reprender el pecado que públicamente ensuciaba la Cara de Cristo. ¿Y vamos a creer que el Dios Santo iba a permanecer sin hacer juicio sobre esto?

Cuando los “líderes de la iglesia” le dieron la diestra en señal de compañerismo al señor Mark Driscoll casi inmediatamente después que esta persona “predicara” un sermón pornográfico, en un domingo por la mañana, en una iglesia donde habían hombres y mujeres, adultos, jóvenes y niños; y perversamente se le compare con el Señor Jesús cuando Él acusaba a los fariseos y escribas en Mateo 23; y además se le invite al Sr.  Driscoll a una conferencia (como premiándolo por semejante bajeza); ante todo esto que había sucedido; los profesantes cristianos se complacieron, algunos prefirieron permanecer “neutrales” con su silencio, mientras que otros se alegraban de tal degradación. ¿Y vamos a creer que el Dios Santo iba a permanecer sin hacer juicio sobre esto?

Cuando los “líderes de la iglesia”, de una manera sin precedente en la historia de la iglesia, decidieron que la adoración era una doctrina de tercer nivel, y que la iglesia podía por ella misma robarle a Dios el derecho que Él tiene de establecer la manera en que debe ser adorado, la cual se encuentra escrita en Su Palabra, permitiendo y aprobando los conciertos de rap donde los artistas bailan sujetándose los genitales en medio de una atmosfera de desenfreno y luces sicodélicas; los profesantes cristianos se complacieron con quienes que, al igual que Nadab y Abiú, ofrecen delante de Jehová fuego extraño, una adoración que Él nunca les mandó. En el colmo de la desvergüenza, cuando algunos otros “líderes” abandonaron sus principios para adoptar esta adoración extraña, los profesantes cristianos dijeron que los tales “habían madurado” ¿Y vamos a creer que el Dios Santo iba a permanecer sin hacer juicio sobre esto?

Cuando los “líderes de la iglesia” decidieron quitar el Cuarto mandamiento de la Ley de Dios, algo que la iglesia primitiva y de la reforma habían guardado con mucho celo santo; los profesantes cristianos se complacieron y muchos de ellos trataron el día santo del Señor como cualquier otro de la semana, mientras que otros buscaron (y otros buscan hoy) las interpretaciones de líderes de la corriente neo-reformada que se ajusten a sus pasiones con la intención de parecer “ortodoxos” Algo que me pareció de mal gusto fue leer en la noticias que: "Los cristianos estaban espantados porque en la ciudad de Oklahoma LOS INCREDULOS habían ordenado que se retire del Capitolio una placa que contiene los Diez Mandamientos”. Pero los profesantes cristianos no se espantan cuando otros CRISTIANOS retiran el Cuarto Mandamiento de las tablas escritas por el Dedo de Dios; eso es una tolerancia cínica e hipócrita ¿Y vamos a creer que el Dios Santo iba a permanecer sin hacer juicio sobre esto?

Cuando los “líderes de la iglesia” dijeron que un creyente podía beber cerveza, tener compañerismo con los incrédulos, hacer caricias indebidas durante el noviazgo y demás mundanalidades de ese tipo; los profesantes cristianos se complacieron, ellos se alegraron y adoptaron un estilo de vida mundano: vistiéndose como el mundo, escuchando la música que ellos escuchan, mirando los programas de televisión que ellos ven, etc. No tuvieron el discernimiento para darse cuenta que Satanás se esfuerza por hacer a un cristiano a la semejanza del mundo, mientras que el Espíritu Santo se esfuerza por asemejar a un cristiano como el Señor. ¿Y vamos a creer que el Dios Santo iba a permanecer sin hacer juicio sobre esto?

Cuando los “líderes de la iglesia” dijeron: Te voy a enseñar en un sermón la justificación por fe desde una perspectiva reformada; pero también te voy a enseñar con mi testimonio a que tengas comunión con los apóstatas, los ecuménicos y cualquier otro que sea enemigo abierto de Cristo y Su Evangelio; los profesantes cristianos se complacieron, ellos los tuvieron en alta estima a estos maestros y se levantaron contra aquellos quienes los denunciaban por sus malos ejemplos. ¿Y vamos a creer que el Dios Santo iba a permanecer sin hacer juicio sobre esto?

Cuando los “líderes de la iglesia” dijeron: Te voy a enseñar las doctrinas de la gracia, pero también te enseñaré la oración contemplativa utilizando los libros de los sacerdotes y monjas católico-romanos, de antes del tiempo de la reforma, como santa Teresa de Ávila, Juan de la Cruz, San Francis de Sales, Luis de Granada; los profesantes cristianos se complacieron; no hubo ninguna palabra de condena contra las enseñanzas místicas; por el contrario, hay algunos que creen que se puede aprender de los escritos de estos monjes católicos; aprender de aquellos que vivieron y murieron en sus delitos y pecados, aprender de aquellos quienes estaban desprovistos de la iluminación del Espíritu Santo. Así, de esta forma, los profesantes cristianos demostraron su complacencia con esta traición ¿Y vamos a creer que el Dios Santo iba a permanecer sin hacer juicio sobre esto?

Cuando los “líderes de la iglesia” dijeron: Te voy a enseñar las solas de la reforma protestante, pero también te enseñaré de la evolución teísta y muchas (supuestas) doctrinas bíblicas “interpretadas bajo la lupa de la llamada ciencia”, los profesantes cristianos se complacieron; comenzaron a abrazar estas nuevas enseñanzas pensando que aquel maestro que enseña cosas de la reforma, nunca los podría guiar a un camino nuevo y desconocido. ¿Y vamos a creer que el Dios Santo iba a permanecer sin hacer juicio sobre esto?

Cuando los “líderes de la iglesia” firmaron declaraciones ecuménicas; los profesantes cristianos se complacieron, y los complacientes además buscaron defenderlos bajo el argumento que “si un pastor firma una declaración ecuménica, este hecho no lo vuelve ecuménico”, estos líderes que con su ejemplo guiaban al pueblo de Dios a unirse en yugo desigual con los incrédulos, fueron “blindados” por sus seguidores, para neutralizar las justas acusaciones contra tales actos vergonzosos. ¿Y vamos a creer que el Dios Santo iba a permanecer sin hacer juicio sobre esto?

Yo podría citar muchos más pecados e injusticias en las cuales la iglesia profesante se ha complacido y que pensó que Dios nunca iba a hacer juicio por ellas. Bien dice la Escritura:
Por cuanto no se ejecuta luego sentencia sobre la mala obra, el corazón de los hijos de los hombres está en ellos dispuesto para hacer el mal. (Eclesiastés 8:11)
Ahora estos “líderes de la iglesia” han levantado una voz de oposición a este fallo de la Corte Norteamericana, haciéndose pasar como los únicos héroes que se oponen ante tal dictamen que es la consecuencia del juicio de Dios por las acciones que ellos mismos cometieron. ¿Escuchará Dios sus clamores? ¿Defenderá Dios esa nación?

¿Cuál ha sido la consecuencia de todo esto?
La complacencia de los cristianos profesantes ante los pecados de los “líderes de la iglesia” ha conducido a este “cristianismo” a un estado de anarquía religiosa. Comenzamos citando el libro de los Jueces, donde observamos que luego de la muerte de Josué se levantó una generación que no conocía a Dios, así como en esos días, el siguiente versículo es aplicable al cristianismo de hoy:
En estos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía. (Jueces 21:25)
En nuestros días cada cual hace como quiere, como sus pasiones los dirijan, escogen las doctrinas que más les agradan y desechan aquellas que son contrarias a sus propios deseos. Por ello, buscan eliminar aquellas Confesiones históricas, en algunos casos torciéndolas, de tal forma que pueda darse una UNIDAD en la que cada cual haga como bien le parezca.

La llamada iglesia evangélica profesante, hoy en día es una que no tiene poder
Cuando volví a Perú como pastor-misionero se hablaba de un “avivamiento reformado”, y esto se proclamaba con mucha insistencia como si realmente estuviera existiendo tal evento nunca antes mencionado en la historia de la iglesia. Yo había oído acerca de “avivamientos” como en el tiempo de Jonathan Edwards, pero era la primera vez que escuchaba tal expresión “avivamiento reformado”. La idea detrás de esta frase era la de una popularidad de las doctrinas de la gracia; es decir, había una expansión de las doctrinas de la gracia, habían debates en torno a ellas, hasta se decía que si una persona no creía de esa manera, no había nacido de nuevo; es decir, era un incrédulo.

Todo esto era un asunto intelectual y nada más. La iglesia no había impactado a la sociedad peruana – creo que tampoco a la sociedad mundial. Todo se trataba de un éxodo de personas que habían permanecido en el campo arminiano moviéndose hacia el terreno calvinista; nada más.

Un pasaje de las Sagradas Escrituras podría ayudarnos a graficar en nuestras mentes, y espero también en nuestros corazones, la situación de la iglesia en el mundo:
Cuando llegó a donde estaban los discípulos, vio una gran multitud alrededor de ellos, y escribas que disputaban con ellos. Y en seguida toda la gente, viéndole, se asombró, y corriendo a él, le saludaron. El les preguntó: ¿Qué disputáis con ellos? Y respondiendo uno de la multitud, dijo: Maestro, traje a ti mi hijo, que tiene un espíritu mudo,  el cual, dondequiera que le toma, le sacude; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y dije a tus discípulos que lo echasen fuera, y no pudieron. (Marcos 9:14-18)
“Dije a tus discípulos que lo echasen fuera, y no pudieron” ¡Los discípulos del Señor no pudieron contra el poder del diablo! Creo que ese es el estado de la iglesia de hoy, el diablo con sus planes ha avanzado sin encontrar ninguna oposición de la iglesia profesante que conoce doctrina, pero que no tiene poder espiritual.

De la misma manera, la iglesia ha perdido tanto su poder que ni siquiera puede “resistir” a la influencia de mundo sin retroceder un centímetro, la prueba ya la hemos mencionado en cuanto a la adoración (por ejemplo) que en algunos casos es más mundana y en otros casos se deja abierta la puerta para cualquier posibilidad de “mejorarla” de una manera que pueda agradar - no a Dios - sino a los concurrentes a quienes se busca complacer y hacer sentir cómodos con los ritmos que más les gustan.

La iglesia profesante de hoy no tiene poder espiritual, se ha tenido que mover al entretenimiento, abandonando el poder del Espíritu Santo, para intentar seducir más socios miembros. La iglesia de hoy ha olvidado el mandamiento de no conformarse al mundo; la iglesia profesante de hoy cree y enseña que sin santidad sí se puede ver a Dios. La iglesia profesante intelectual, pero que no tiene poder espiritual, tiene nombre de que vive y está muerta. Esta iglesia profesante de hoy, que carece de poder espiritual dice de ella misma: “Yo soy rica, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad”; pero la Palabra de Dios le dice: “no sabes que tú eres una desventurada, miserable, pobre, ciega y desnuda”. La iglesia profesante de hoy ha dejado de ser salada, ha perdido su sabor, está cada vez mas vuelta al mundo, recibiendo en su membrecía a personas desprovistas de salvación, mundanas, antinomianas, liberales ¿Qué dice Cristo cuando la iglesia pierde su sabor?

La iglesia profesante de hoy habla de una unidad en el evangelio, pero no evangeliza. No tiene nuevos convertidos. La agenda es predicar “las doctrinas de la gracia” bajo el disfraz de una “reforma”; una reforma que cambia el chip teológico de arminianismo por el del calvinismo, pero que no cambia el corazón de piedra por uno de carne. Pero el Señor no ha mandado a la iglesia a predicar las doctrinas de la gracia, sino a predicar el evangelio. ¿Por qué? Porque las doctrinas de la gracia no salvan, Cristo proclamado en el evangelio salva. Las doctrinas de la gracia no santifican, Cristo dijo: “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad” Las doctrinas de la gracia no ayudan a mortificar el pecado, los pecados son mortificados por el Espíritu Santo.

La iglesia profesante de hoy mora donde está el trono de Satanás; pero no ha retenido el Nombre de Cristo, sino que ha negado la fe; ya que es una iglesia que ha dejado de creer en el poder del Espíritu Santo y se ha ido a las estratagemas y artilugios profanos, a usar carnada mundana para atraer a los jóvenes a los templos, haciéndoles creer que no es necesario ningún cambio sustancial en sus vidas para acceder al cielo del Dios de la Biblia:
¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! ¡Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos! ¡Ay de los que son valientes para beber vino, y hombres fuertes para mezclar bebida; los que justifican al impío mediante cohecho, y al justo quitan su derecho! (Isaías 5:20-23) 
La iglesia profesante de hoy es una que se agrada de contar entre sus miembros a personas que retienen la doctrina de Balaam y de Jezabel, hombres quienes enseñan a los otros a poner tropiezo a los creyentes, que les enseña a ellos a comer de los ídolos y a cometer fornicación tanto en el espíritu como en la carne.
El Señor le ha dado tiempo a la iglesia de hoy para que se arrepienta, pero no ha querido arrepentirse de su fornicación (Apocalipsis 2:21)

¿Por qué permitió Dios la aprobación de la Ley del Matrimonio homosexual en USA?

La iglesia profesante debe admitir su culpa en este abandono que Dios viene haciendo a las naciones. Ella misma se ha apartado de Dios guardando silencio, tanto sus pastores así como sus miembros:
Sus atalayas son ciegos, todos ellos ignorantes; todos ellos perros mudos, no pueden ladrar; soñolientos, echados, aman el dormir. Y esos perros comilones son insaciables; y los pastores mismos no saben entender; todos ellos siguen sus propios caminos, cada uno busca su propio provecho, cada uno por su lado. (Isaías 56:10-11)
En la iglesia profesante de nuestros días se levanta nuevamente la misma pregunta que hizo un rey en el Antiguo Testamento:
¿No hay aquí profeta de Jehová, para que consultemos a Jehová por medio de él? (2 Reyes 3:11)
No hay profetas quienes prediquen al mundo de sus pecados y los confronten contra la Santa Ley de Dios, porque los muchos que hay en nuestros días se han vuelto al mundo y son complacientes con sus corrientes letales; ya no hay diferencia entre un creyente y un mundano. La santidad que debe impactar la vida de un incrédulo y que lo conduce a glorificar el Nombre de Cristo, ha desaparecido.

Abusando de la Paciencia de Dios
Es muy doloroso ver a los incrédulos abusar de la Paciencia de Dios. Ellos piensan que a Dios no le importa si ellos quebrantan sus santos mandamientos, o que Dios es consentidor de los pecados que cometen contra Él; algunos llegan a la idea diabólica de hacer a Dios cómplice de sus pecados porque el Santo de Israel guarda silencio cuando ellos actúan impíamente. Ellos no saben que la Palabra de Dios dice:
Estas cosas hiciste, y yo he callado; pensabas que de cierto sería yo como tú; pero te reprenderé, y las pondré delante de tus ojos. (Salmo 50:21)
Si es doloroso ver a un impío abusar de la paciencia de Dios ¡Cuánto más doloroso es ver que los que profesan ser Su pueblo también abusan de dicho atributo santo!

Es peligroso abusar de la paciencia de Dios, porque en algún momento ésta se acabará. ¡Cuánto tiempo Él soportó a la nación de Israel, pero finalmente la pulverizó usando los ejércitos romanos! Stephen Charnock, en sus meditaciones sobre la paciencia de Dios escribió:
Cuando el hombre está abusando de este atributo, Dios está afilando Su espada. Cuanto más ellos pequen, el filo estará más afilado.
Dios es tardo para airarse, pero al final su paciencia llega a acabarse. Estos acontecimientos debemos interpretarlos como un juicio de Dios donde la iglesia profesante tiene parte de culpa.

Una palabra de exhortación
Dijimos al principio que los incrédulos comenzaron atacando a la Palabra de Dios, silenciándola por medio de retirar sus mandamientos de cuanta institución pública haya en los EEUU, esta fue la respuesta a la pregunta ¿Por qué permitió Dios el ataque del 11 de Setiembre?

En estas palabras escritas, notamos que es la iglesia misma quien se ha venido apartando de los principios establecidos en la Palabra de Dios – la Biblia ¿Alguien pensó que Dios se iba a quedar sin hacer juicio por todos estos pecados? ¿Alguno había llegado a creer que esto no traería consecuencias en la sociedad? La Biblia dice:
Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres (Mateo 5:13)
Cuando pierde su sabor no sirve para nada. La iglesia profesante ya no es “la Columna y el Sostén de la Verdad”, ya no predica el evangelio con poder y el castigo por ello es tanto para ella misma como para la nación donde los profetas han desaparecido.

Meditemos en esto:

Primero.- Todo lo que he venido escribiendo se ha dado en los EEUU, pero yo me pregunto ¿Cuánto de esto ya ha sido asimilado por la iglesia profesante en Latinoamérica?; ¿Cuántas iglesias ya abandonaron esos valiosos principios y han dejado de ser “la Columna y el Sostén de la Verdad”?

Segundo.- Este punto quisiera expresarlo en forma de pregunta ¿Cuál es la herencia cristiana que vamos a dejarle a la siguiente generación de creyentes? Debemos pensar en los niños que aun están en la escuela dominical, en los jóvenes quienes aun no abandonan la escuela, ¡Debemos pensar en nuestros propios hijos! Que no sean ellos como aquella generación que no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho en el pasado (Jueces 2:10)

Tercero.- La respuesta se encuentra en la misma Palabra de Dios. Los pastores debemos arrepentirnos y conducir al pueblo de Dios al arrepentimiento como Daniel lo hizo, diciendo:
Oh Señor, conforme a todos tus actos de justicia, apártese ahora tu ira y tu furor de sobre tu ciudad Jerusalén, tu santo monte; porque a causa de nuestros pecados, y por la maldad de nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo son el oprobio de todos en derredor nuestro. Ahora pues, Dios nuestro, oye la oración de tu siervo, y sus ruegos; y haz que tu rostro resplandezca sobre tu santuario asolado, por amor del Señor. Inclina, oh Dios mío, tu oído, y oye; abre tus ojos, y mira nuestras desolaciones, y la ciudad sobre la cual es invocado tu nombre; porque no elevamos nuestros ruegos ante ti confiados en nuestras justicias, sino en tus muchas misericordias. Oye, Señor; oh Señor, perdona; presta oído, Señor, y hazlo; no tardes, por amor de ti mismo, Dios mío; porque tu nombre es invocado sobre tu ciudad y sobre tu pueblo. (Dan 9:16-19) 
Que el Señor nos ayude en este tiempo y por siempre.


Escrito por Guillermo de Lama
Pastor de la Iglesia Bautista Reformada gracia Soberana de la ciudad de Lima - Perú