jueves, 9 de abril de 2020

Coronavirus y Ecumenismo


Hace pocos días he podido ver una serie de acontecimientos en las noticias que están relacionadas con esta pandemia que nos ha tocado vivir en todo el mundo; y estoy seguro que, si hacemos una encuesta sobre la procedencia de este mal habrá muchos quienes tendrán diferentes teorías entre las cuales podemos manejar tres: 1) La maldad del hombre ha sido la causa de esta peste mundial; 2) Satanás es el causante de todo este contagio y muertes en la gran mayoría de países en el mundo; y, 3) Dios es quien está detrás de esta pandemia.

Creo que la Biblia sustenta la última alternativa: “Dios está detrás de todo este mal mundial”, no lo digo yo, lo dice la Biblia: “Habrá algún mal en la ciudad el cual Jehová no lo haya hecho?” (Amós 3:6).

En las Escrituras también podemos observar que, en los males que Dios manda al mundo, están Su juicio a las naciones y también Su bondad hacia ellas. Esta es la conclusión a la que debemos llegar porque las Palabras registradas en el libro del profeta Amós así lo dicen. Note usted que en los versículos del 4:6 al 4:11 la Escritura nos habla de los diferentes castigos dados por Dios a un pueblo de dura cerviz: hambruna (v. 6), sequia (v. 7), vientos y plagas (v. 9) peste (v. 10) y destrucción (v. 11); ¿Cuál era el propósito de estos juicios temporales? Esto lo leemos al final de los versículos 6, 8, 9, 10 y 11; que el pueblo se vuelva a Dios, pero como dice la Escritura: ‘mas no os volvisteis a mí’

¿Qué significa volverse a Dios? Significa ARREPENTIMIENTO (sí, con mayúsculas); pero la idea falsa en estos días es que se ha llegado a creer que Dios ha enviado esta peste viral para que las personas OREN ¿Dónde dice eso en la Biblia? En ninguna parte. De los textos citados del libro de Amós, ese es el propósito de los males enviados por Dios para juzgar a las naciones.

Pero el título de este artículo dice: “Coronavirus y Ecumenismo”; y esto es lo que ahora quisiera pasar a explicar en el contexto de mi país: Perú.

Hace unos días atrás cuando el presidente de la República dictaba medidas de salida de las casas con ciertas restricciones en la actual cuarentena (varones unos días y mujeres otros); dijo al final de su mensaje que su gobierno era uno “inclusivo” para dejar bien claro que sus políticas consideraban a aquellos que pertenecen a los movimientos como el LGBT+. Esto tuvo como consecuencia que la policía que detenía en las calles a los hombres homosexuales en los días que les tocaba salir a las mujeres, sean objetos de disciplinas y castigos en sus instituciones. Lo que esta ‘política’ persigue, como todas aquellas relacionadas con la agenda homosexual, es destruir la conciencia de las personas, pues ahora los custodios del orden deben reconocer como mujeres a seres humanos que tienen una próstata, cuyo ADN es el de un varón. No sé cómo esto podría afectar a un policía que sea un hermano cristiano frente a una situación como esta, ya que él debería actuar según el sexo de la persona.

El presidente tiene políticas de gobierno ‘inclusivo’ y Dios está castigando a nuestra nación por ello.

El ministro de Salud, un Marxista declarado, ateo teórico y práctico (lo cual lo convierte en un aborrecedor de Dios) quien es parte de este gobierno ‘inclusivo’ hizo un llamado a “que cada uno ore a sus dioses”. Entonces tenemos por un lado al gobernante que promueve todo aquello que Dios aborrece, y también tenemos al ministro ateo que ahora llama a los religiosos de toda denominación para que oren a sus dioses por causa de esta pandemia; orar para que sea cortado este castigo, pero sin el deseo de arrepentirse de sus pecados y volverse al Único y Verdadero Dios. Orar a todos los dioses es la apuesta para ver si acierta alguna oración y se detiene la pandemia en Perú. Asombra ver la dureza del corazón de los hombres, porque ni siquiera la muerte del pueblo los conduce al arrepentimiento.

David fue diferente al ver el sufrimiento del pueblo por causa de su propio pecado

Y viniendo Gad a David, le dijo: Así ha dicho Jehová: Escoge para ti: o tres años de hambre, o por tres meses ser derrotado delante de tus enemigos con la espada de tus adversarios, o por tres días la espada de Jehová, esto es, la peste en la tierra, y que el ángel de Jehová haga destrucción en todos los términos de Israel. Mira, pues, qué responderé al que me ha enviado. (1Cr 21:11-12)

Y alzando David sus ojos, vio al ángel de Jehová, que estaba entre el cielo y la tierra, con una espada desnuda en su mano, extendida contra Jerusalén. Entonces David y los ancianos se postraron sobre sus rostros, cubiertos de cilicio. Y dijo David a Dios: ¿No soy yo el que hizo contar el pueblo? Yo mismo soy el que pequé, y ciertamente he hecho mal; pero estas ovejas, ¿qué han hecho? Jehová Dios mío, sea ahora tu mano contra mí, y contra la casa de mi padre, y no venga la peste sobre tu pueblo. (1Cr 21:16-17)

Lo que hicieron los ‘líderes’ evangélicos fue aceptar la invitación de este gobierno que no quiere (de ninguna manera) arrepentirse de su pecado contra Dios. Es el tiempo del mensaje de Cristo cuando inició Su ministerio: “El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; ARREPENTÍOS, y creed en el evangelio. (Marcos 1:15 – Mayúsculas añadidas)

¡Que diferente a la predicación del profeta Elías para encarar el pecado del rey Acab, o la de Juan el Bautista para predicar contra el pecado del rey Herodes, o la de Pablo para predicar al gobernador Félix su pecado!; hoy día, por el contrario, las iglesias les prestan sus púlpitos desde donde se predica la Palabra de Dios a ateos, a políticos liberales que están en favor del aborto, de la homosexualidad, etc. ¿Dónde dice que debemos orar junto a los sabelianos, a los arrianos, a los ruselitas, a los papistas, a los mormones, etc.?; ¿Cuál profeta hizo eso, o cuál apóstol?

La Biblia nos enseña la actitud del profeta Jonás ante la tempestad desatada por Dios a causa de su desobediencia:

Y los marineros tuvieron miedo, y cada uno clamaba a su dios; y echaron al mar los enseres que había en la nave, para descargarla de ellos. Pero Jonás había bajado al interior de la nave, y se había echado a dormir. Y el patrón de la nave se le acercó y le dijo: ¿Qué tienes, dormilón? Levántate, y clama a tu Dios; quizá él tendrá compasión de nosotros, y no pereceremos. (Jon 1:5-6)

El apóstol Pablo escribe:

No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? (2Co 6:14-15)

Juntarse con incrédulos para interceder ante Dios para que levante el castigo por el pecado en el que los gobernantes insisten de forma tenaz y en rebelión abierta contra el Señor, no tiene ningún sustento en las Sagradas Escrituras; yo me pregunto ¿No conocen ellos la Palabra de Dios? ¿No se dan cuenta que con su ejemplo ecuménico se convierten en piedra de tropiezo para los profesantes de la fe cristiana? Estos ‘representantes evangélicos’ han debido de seguir el ejemplo bíblico del Señor, de los profetas Elías y Juan el Bautista y del apóstol Pablo; ellos han debido predicar el evangelio y llamar al arrepentimiento a estas autoridades incrédulas y promotoras de agendas contrarias a la Palabra de Dios.

Es un tiempo de ARREPENTIMIENTO, para luego orar a Dios pidiéndole perdón y misericordia, eso hicieron los profetas del Antiguo Testamento, los apóstoles del Nuevo Testamento, y es lo que el Señor hizo durante Su ministerio terrenal:

Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras; y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; Y QUE SE PREDICASE EN SU NOMBRE EL ARREPENTIMIENTO y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. (Lucas 24:45-47 Mayúsculas añadidas)