martes, 27 de abril de 2010

El Evangelio de Jesucristo y la Unidad

Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis.


(1Co 5:11)


 

Cuando cité este pasaje al ministro que había estado abogando por la importancia de la unidad física en las congregaciones, simplemente no contestó y agachó la cabeza.

Hace 2 meses regresé al Perú con el deseo en mi corazón de servir a Dios junto con mi familia en alguna obra existente que por alguna razón careciera de un predicador o maestro que les llevara Palabra de Dios. Algunas veces, las pequeñas congregaciones (por ser muy pequeñas) no pueden sostener un siervo en cuanto a los honorarios se refiere, es a esa clase de congregaciones a las que mi esposa y yo apuntábamos como nuestros objetivos de servir a Dios, ya que nuestro Padre, de alguna manera, nos sostenía por medio de hermanos norteamericanos para cubrir nuestras necesidades básicas y ya no podíamos representar carga alguna para los rebaños pequeños.

Así que, mientras estaba en USA, me puse en contacto con algunas organizaciones bautistas que pudieran tener conocimiento de estas iglesitas. Nunca dejé de mencionarles en mis correos electrónicos acerca de la Confesión de Fe Bautista de Londres de 1689, la cual yo consideraba como un buen documento que resumía las preciosas verdades de la Palabra de Dios; tiempo después, me pude dar cuenta que estos ministros bautistas nunca habían oído de ella, y menos la habían leído.

Cuando llegué al Perú, luego de un tiempo, ellos se dieron cuenta que yo no hablaba como ellos hablaban y que tampoco creía lo que ellos creían. Esto tuvo como consecuencia un rechazo inmediato a las doctrinas de la Gracia (el mensaje) y hacia mi persona (el mensajero). Además mencionaron su resentimiento  hacia la persona del pastor Paul Washer, a quien todos ellos lo consideraban un hombre que tenía como único objetivo el destruir la “unidad” de la iglesia del Señor.

Algo que me entristeció mucho, fue el hecho de darme cuenta que ninguno de los “pastores” de esta organización “misionera” poseía preparación teológica alguna, no sabían lo que era el arminianismo, el pelagianismo y tampoco conocían la historia de la iglesia Cristiana, entre otros tópicos.

Al final, esos pequeños rebaños que no tenían un siervo que les llevara Palabra de Dios, hasta la fecha, se encuentran en las mismas condiciones y algunas de esas iglesias hasta están pensando en disolverse.

Estos predicadores predican un mensaje que ayuda a vestir y peinar muertos; y desechan el mensaje del Evangelio del Señor Jesucristo, un mensaje capaz de dar vida a los muertos. Todo esto (dizque) en bien de la “unidad”.

Estos predicadores modernos olvidan que todos aquellos que se hacen llamar así mismos cristianos evangélicos, que confiesan al Señor Jesucristo como su Rey, están expresamente obligados a sujetarse a los mandamientos de ese Rey; y expuestos no solamente a la sentencia de Dios sino también a la reprobación de aquellos creyentes que, por sus frutos, demuestren la obra transformadora de Dios en sus vidas.

Dios nos enseña en Su Palabra que Su Iglesia (los verdaderos) debe abstenerse de toda comunión con aquellos, que llamándose hermanos, deshonren a Dios con sus vidas habituadas al pecado de manera abierta.

A nuestra cita bíblica, al inicio de este articulo, quiero añadir los siguientes pasajes que corroboran el mandato Divino de separación. Yo me pregunto que dirían estos “ministros” de los versículos que siguen:

1Co 5:13

Porque a los que están fuera, Dios juzgará. Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros.

 

Mat 18:17

Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.

 

Rom 16:17

Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos.

 

2Th 3:6

Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo,  que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza que recibisteis de nosotros.

 

2Th 3:14

Si alguno no obedece a lo que decimos por medio de esta carta, a ése señaladlo, y no os juntéis con él, para que se avergüence.

 

1Ti 6:5

disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales.

 

2Jn 1:10

Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa,  ni le digáis: ¡Bienvenido!

El Señor nos dice en Su Palabra Hch 5:29 “Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres”.

Los predicadores modernos dicen: “Es necesario buscar la unidad antes que obedecer a Dios”.

Y usted ¿Qué dice?

2 comentarios:

  1. Querido hermano..En estos tiempos finales donde el mal se le dira bien y al bien de le dira mal..es bien dificil encontrar iglesias con la sana doctrina..la doctrina de la Prosperidad,el humanismo,y aun el ocultismo han penetrado en la iglesia de Cristo porque sus muros estan quebrajados..es deber de todo cristiano orar a Dios para que en el nombre de Jesus..Restaure la iglesia..y al sacerdocio que lamentablemente estan muy mal..pidamos el Espiritu de Dios que nos guie y nos revel su santa vuluntad..hermano dice la pallabra que solo los valientes arreabatan el cielo..y de esoso hay muy pocos adelante querido hermano por Cristo..hasta la Victoria final amen

    ResponderEliminar
  2. Guillermo Mendias2 de mayo de 2010, 14:43

    Hermano lo felicito y sobre todo

    le doy gacias a Dios todo Soberano

    porque todavia hay de sus verdaderos

    hijos dispuestos a no vender o diluir

    el verdadero evangelio.El Senor le siga

    dando fuerzas a usted y a su esposa

    para soportar toda esa adversidad que se va

    ha seguir viniendo hacia sus ciervos verdaderos.

    Seguiremos orando por ustedes. Jehova les bendiga

    ResponderEliminar