lunes, 25 de mayo de 2015

¿Le gustaría a usted ser como Charles H. Spurgeon? Lea primero esto antes de responder

Recuerdo que cuando el Señor me salvó, asistí a una iglesia bautista que no era reformada. Cuando mi querido pastor predicaba acerca del libre albedrío había en mi alma un rechazo a tal enseñanza ya que me parecía que ésta no se encontraba en el texto predicado. Fue así que, luego cuando fui a vivir a USA, estuve entrando y saliendo de muchas iglesias bautistas que enseñaban de esa manera en cuanto a la salvación y otras doctrinas como “el cristiano carnal”, por ejemplo. Fue cuando llegó a mis manos un libro del pastor Charles Spurgeon y después de leerlo dije: “¡este hombre piensa como yo! ¿Quién es él?, ¿Dónde vive?” De allí me convertí en un asiduo lector de este gran predicador del siglo XIX.

Creo que son muchas las personas que admiran al pastor Spurgeon, especialmente los bautistas reformados quienes hemos leído su obra llamada “Una Defensa del Calvinismo”; o su libro “Todo de Gracia”; entre otras más.

Posiblemente, pensemos en nuestros días que el pastor Spurgeon debe haber sido un ministro muy popular entre los suyos, en su ciudad, en su país; después de todo ¡Quien podría negar que el Señor lo utilizaba poderosamente en la predicación de Su Palabra! También, posiblemente, pienso yo, que muchos de nosotros quisiéramos ser usados de la misma manera en que él lo fue en sus días, con la misma instrumentalidad, poder y talento que Cristo, nuestro Amado Salvador, le había concedido a este hombre en Su gran misericordia.

¿De verdad le gustaría ser como el pastor Charles Haddon Spurgeon?

Yo he compartido, y comparto, frases célebres del pastor, así como muchos otros hermanos lo hacen, y lo seguiré haciendo; porque admiro al pastor Spurgeon ya que, por la gracia de Dios he leído más de él, su vida y su ministerio. Cuando digo que admiro al pastor Spurgeon quiero decir que aprecio su persona como un siervo de Dios sin caer en la idolatría y una admiración fanática hacia su persona.

Por ejemplo, en lo que se conoció como “La Controversia del Declive”, el pastor Spurgeon se enfrentó tenazmente a la mundanalidad de su época, oponiéndose a la gran mayoría de sus colegas Bautistas, hasta ser despreciado por la gran mayoría de ellos ¿Haría usted lo mismo?

Spurgeon no creía en una unidad basada en unas cuantas doctrinas cristianas,  él defendió las sanas doctrinas de las Escrituras, poniéndose en contra de la Unión Bautista de sus días ¿Haría usted lo mismo?

Spurgeon fue despreciado por sus colegas Bautistas, por oponerse a la mundanalidad y desenfreno de sus días (entre otras cosas)

¡Quien podría pensar que hasta su mismo hermano de padre y madre, James, se pondría en contra del pastor Spurgeon! Es allí donde vemos que las Escrituras se cumplen cuando Cristo dice:
 No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre serán los de su casa. (Mat 10:34-36)
¡Quien podría imaginar que de entre dos mil personas, solamente siete estarían de lado del “Príncipe de los Predicadores”!; ¿Qué haría usted en los zapatos del pastor Spurgeon ante tanta oposición por causa de sus principios doctrinales en cuanto a la pureza de la Iglesia de Cristo?; ¿Se mantendría usted firme en sus puntos de vista doctrinales?; ¿Estaría usted dispuesto a pagar el mismo precio que pagó Spurgeon y el profeta Elías: La soledad?

¡Dos mil votos en contra y solamente siete a favor!

No sé si los siete de la foto de arriba, son los únicos siete, de entre dos mil, que votaron a favor de Mr. Spurgeon; quizás sí, quizás no.

Iain Murray recoge lo sucedido en su libro “The Forgotten Spurgeon” en las páginas 149-150, cuando cita a una persona llamada Henry Oakley, quien recordara ese momento con las siguientes palabras:
 Yo estuve presente en el templo de la ciudad cuando se presentó, se secundó y se aprobó la moción. Posiblemente el templo de la ciudad estaba tan lleno como podía estarlo. Yo estaba allí muy temprano, pero sólo encontré un “asiento de pie” en el pasillo detrás de la galería. Escuché los discursos. El único de los que tengo algún recuerdo fue el del señor Charles Williams. El citó a Tennyson en favor de una teología liberal y la justificación de la duda. Llegó el momento de la votación. Solamente aquellos quienes estaban en el área estaban calificados para votar como miembros de la asamblea. Cuando se propuso la moción de censura se levantaron muchísimas manos. “En Contra” llamó el secretario, el doctor Clifford. No vi ningunas manos levantadas, pero los registros históricos dicen que hubo siete. Sin ninguna clase de anuncio del número de los votos, la gran asamblea estalló en aplausos turbulentos y más aplausos y más aplausos. Algunos hombres de avanzada edad dieron rienda suelta a su hostilidad reprimida; de parte de los jóvenes se desató una resistencia salvaje contra lo que ellos llamaban “trabas oscurantistas” Fue una escena muy extraña. La veía casi con lágrimas en mis ojos. Yo estaba parado cerca de “uno de los estudiantes de Spurgeon” a quien yo conocía muy bien. Mr. Spurgeon le había dado la bienvenida desde una posición muy humilde a su colegio de estudiantes; él se volvió casi loco de placer con esta censura de su grande y generoso maestro. Digo que fue una escena extraña, que aquella vasta asamblea pueda estar escandalosamente deleitada por la condenación del más grande y noble líder de su fe
Al igual que en los tiempos de Spurgeon, en nuestros días, la mayoría se regocija en convivir con lo liberal y mundano, y formar grupos y movimientos con quienes enseñan tales maldades; mientras que la minoría que procura sostenerse en aquella verdad antigua y pura de las doctrinas de Cristo, es menospreciada, difamada e injuriada.

Si decimos profesar la misma doctrina que el pastor Spurgeon, más que recortar y pegar las frases de sus sermones, deberíamos imitar su fe y su valor en defensa del evangelio y sus santas doctrinas.

¿Qué dice usted ahora?; ¿Le gustaría ser como el pastor Charles H. Spurgeon?; ¿Está usted dispuesto a pagar el mismo precio que él pagó?

7 comentarios:

  1. NO hay duda, de que hombres de Dios han estimado como perdida toda las cosas, por la excelencia del amor a Cristo.

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  2. Elias gonzalez lopez26 de mayo de 2015, 1:30

    Estoy en la misma situación
    ,gracias a Dios por el mensaje,no ay que volver atras,,,,,,,,,

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  3. Hoy x hoy ..ya casi nadie más quiere hacer bien las cosas de Dios...como miembro de la iglesia queremos reclamar algo que esta mal..y ya se te disciplina.. Y por eso muchos se callan..que bueno sería si al menos pocos buscan hacer realmente lo correcto.. Como este pastor.. Me gustaría seguir yo asi

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  4. Fernando Alcocer26 de mayo de 2015, 7:59

    Estoy totalmente de acuerdo. Vivamos y enseñemos la sana doctrina.

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  5. Fernando Alcocer26 de mayo de 2015, 8:03

    En lo personal hace unos meses me sorprendí y al mismo tiempo entristecí, al escuchar respuesta u opiniones (les llamdo yo) cuando en una reunión de pastores lance una pregunta a quienes comían conmigo en la misma mesa,
    ¿Que es el libre albedrío?
    Valla cosas que escuche.
    Dios nos guarde y nos ayude a vivir, practicar y enseñar la sana doctrina.

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  6. El pastor Charles Spurgeon es y sera un gran referente como otros siervos contemporáneos para Iglesia del Señor y que ya no están entre nosotros! mis respetos y admiración! nos cabe la gran responsabilidad de imitar a los primeros cristianos.. y a los verdaderos discípulos que han entregado sus vidas al ministerio de su Palabra!

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