Así como este hermano cree, muchos también entienden de la misma forma: “Basta creer con las doctrinas de la gracia (DG), para concluir que tal persona tiene sana doctrina”
Nada más equivocado hermanos. Yo he conocido personas que “creen” en las DG pero que también enseñan que una persona salva puede estar en Adán y en Cristo al mismo tiempo. También a otros que “creen” en las DG, pero niegan el “Señorío de Cristo” como evidencia de salvación en la vida del redimido. A otros también que “creen” en las DG pero no tienen la más mínima idea de la “Doctrina de la Iglesia”, etc.
Pero ese no es el tema para esta entrada; sino lo que se conoce como “hiper-calvinismo”
La palabra “hiper-calvinista” debe ser definida con la intención de evitar malos entendidos. Un “hiper-calvinista” no es una persona “muy activa en las doctrinas de Calvino” tampoco es alguien “más calvinista” que los demás reformados. Un “hiper-calvinista” es alguien cuya doctrina y pensamiento ha ido mas allá de lo enseñado por el reformador.
Esta forma de doctrina ha tenido un crecimiento notable en los usuarios del internet en los últimos años. ¿Por qué ha encontrado un terreno favorable en internet? Creo que la razón es que muchos de ellos han visto a las DG como la explicación más consistente de lo que es el evangelio, pero (al mismo tiempo) ellos no tienen fundamentos doctrinales suficientes para comprender lo que se queda dentro del marco de la sana doctrina y lo que sobrepasa a ella. Pareciera que existe más simpatía y aceptación con aquellos que más condenan a otros que no piensan de la misma forma, pero no existe un estudio de sus otros postulados.
Cierta vez se me ocurrió preguntar a algunos hermanos “calvinistas” (o reformados) si habían leído la obra de Juan Calvino “La Institución de la Religión Cristiana” (un libro que tiene como 1,300 páginas) las respuestas fueron increíbles, un altísimo porcentaje de “calvinistas” no habían leído a Juan Calvino (Pero claro, son calvinistas, reformados, etc.)
Phillip R. Johnson ha propuesto una definición quíntuple. El dice:
“La definición que propongo destaca cinco variedades de hiper-calvinismo, que se enumeran aquí en un orden decreciente, de la peor clase a una variedad menos extrema (lo que algunos podrían preferir a la clase como "ultra-alto calvinismo")”:Juan Calvino en su “Institución de la Religión Cristiana Libro III Cap XXIII Num 8, escribe lo siguiente:
Un hiper-calvinista es una persona que bien:
Abordando el versículo del Libro de los Proverbios 16:4 “Todas las cosas ha hecho Jehová para sí mismo, y aun al impío para el día malo” (RV 1960) La afirmación que hizo el predicador “Dios ha creado al impío con el propósito expreso de condenarlo eternamente” proviene de una exégesis equivocada y no responsable. Además, esa conclusión tampoco concuerda con el pensamiento de Calvino ni de otros comentaristas reformados del pasado.
- Niega que el llamado del evangelio se aplique a todos los que escuchan, o
- Niega que la fe sea el deber de todos los pecadores, o
- Niega que el evangelio haga alguna "oferta" de Cristo, la salvación y misericordia a los no elegidos (o niega que la oferta de la misericordia divina es gratuita y universal), o
- Niega que exista tal cosa como la "gracia común", o
- Niega que Dios tenga algún tipo de amor por los no elegidos.
Como la causa y la materia de la perdición del hombre residen en él mismo, su condenación es justa. Así pues, si los pelagianos, maniqueos, anabaptistas, o epicúreos - pues con estas cuatro sectas nos enfrentamos al tratar, de esta materia - alegan como excusa la necesidad con que se ven constreñidos por la predestinación de Dios, no dicen nada que dé validez a su causa. Porque si la predestinación no es sino una dispensación de la justicia de Dios, la cual no deja de ser irreprensible aunque sea oculta, así como es del todo cierto que ellos no eran indignos de su predestinación, a tal fin, también lo es que la ruina en que caen por la predestinación de Dios es justa. Además, su perdición de tal manera depende de la predestinación de Dios, que al mismo tiempo ha de haber en ellos causa y materia de ella2 Cayó el primer hombre porque así lo había Dios ordenado; mas, por qué fue ordenado no lo sabemos. Pero sabemos de cierto que Él lo ordenó así porque veía que con ello su Nombre sería glorificado. Al oír hablar de gloria, pensemos a la vez en su justicia; porque es necesario que sea justo lo que es digno de ser alabado. Cae, pues, el hombre, al ordenarlo así la providencia de Dios; mas cae por su culpa3. Poco antes había declarado el Señor, que todo cuanto había hecho era "bueno en gran manera" (Gn 1:31). ¿De dónde, pues, le vino al hombre aquella maldad por la que se apartó de su Dios? Para que no pensase que le venía de Su creación, el Señor con su propio testimonio había aprobado cuanto había puesto en él. El hombre, pues, es quien por su propia malicia corrompió la buena naturaleza que había recibido de Dios; y con su caída trajo la ruina a toda su posteridad. Por lo cual, contemplemos más bien en la naturaleza corrompida de los hombres la causa de su condenación, que es del todo evidente, en vez de buscarla en la predestinación de Dios, en la que está oculta y es del todo incomprensible. Y no llevemos a mal someter nuestro entendimiento a la inmensa sabiduría de Dios, y que se le someta en muchos secretos.John Gill, un hiper-calvinista clásico comenta de este mismo versículo de la siguiente manera:
Porque en las cosas no lícitas y que no es posible saber, la ignorancia es sabiduría, y el deseo de saberlas, una especie de locura.
2Ese "de tal manera" es digno de ser notado. Lo que Dios decreta no se realiza en sus criaturas bajo el imperio de la "coacción". Ninguna concepción determinista puede conciliarse con la omnipotencia de Dios, a la cual destruye. Sabemos, por otra parte, que la "necesidad", en el sentido definido por Calvino, deja libre curso a la libertad y a la voluntad. En una fórmula ceñida, el profesor Augusto Lecerf gustaba decir: "Creemos en un Dios todopoderoso, es decir, capaz de realizar libremente en el plano de las criaturas, lo que necesariamente quiere respecto a Él mismo".
3Hay, pues, dos causas en la caída del primer hombre: una causa oculta, la voluntad insondable de Dios; y una causa evidente, la falta de Adán adornado de libre albedrío. Dejemos a un lado la causa incomprensible y reconozcamos la causa evidente, la de la responsabilidad del hombre. Hay que buscar la causa de nuestra ruina en nuestras propias faltas y no en los secretos que Dios no ha juzgado oportuno darnos a conocer.
(el subrayado es mío)
No es el sentido de este texto, ni de ningún otro pasaje de la Escritura, que Dios hizo al hombre para condenarlo, ni tampoco es que esto se deduce de la doctrina de la predestinación: Dios hizo al hombre, ni para condenarlo ni para salvarlo, sino para su propia gloria, y ella está asegurada, ya sea en su salvación o condenación, ni tampoco hace Dios o los hombres malos, El hizo al hombre recto, y el hombre se hizo a sí mismo malo, y, siendo así, Dios puede con justicia destinarlo a la condenación por su maldad, en lo cual glorifica a su justicia. (Traducción: Guillermo de Lama)En el mismo sentido, el hermano también comentaba acerca de otro versículo citado en la misma predicación: Ro 9:13 “Tal como está escrito: A JACOB AME, PERO A ESAU ABORRECI”
Aquí debemos detenernos y pensar: ¿Aborrece Dios de la misma manera que aborrece el hombre? ¿Qué significa este “aborrecer” dentro del contexto del capítulo, luego dentro del contexto del libro; y finalmente dentro del contexto de la Biblia?
Un estudio cuidadoso del pasaje nos llevará a una conclusión distinta a la que el predicador del mensaje quería llegar. Citando otra vez a John Gill (hiper-calvinista clásico), quien con respecto a este versículo en particular escribe en sus comentarios:
(…) amor eterno e inmutable es la verdadera causa y el origen de la elección de personas particulares a la salvación eterna, y el odio es la causa del rechazo, entendiendo por tal un odio no positivo, que sólo puede tener por objeto al pecado y a los pecadores, o personas así consideradas; sino un odio negativo, que es la voluntad de Dios, no dar vida eterna a algunas personas; y se manifiesta por un abandono de ellos, sin prestar atención de ellos, pasando por alto a ellos, cuando escogió los demás; por lo que la palabra "aborrecer" se utiliza para el abandono, no prestar atención, donde el odio positivo, no se puede pensar que tendrá lugar, como en Lc 14: 26 Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre y madre, a su mujer e hijos, a sus hermanos y hermanas, y aun hasta su propia vida, no puede ser mi discípulo. (Traducción: Guillermo de Lama – el subrayado es mío)Albert Barnes, sobre este mismo versículo comenta lo siguiente:
Esto no significa ningún odio positivo, sino que había preferido Jacob y a Esaú le había retenido los privilegios y bendiciones que Dios había conferido a la descendencia de Jacob.Esta fue una parte de la explicación que compartí con el hermano quien me preguntó sobre este tema. Esta entrada es para animar a los hermanos a profundizar en las enseñanzas de las Escrituras por medio de una exégesis responsable; y a la vez comparar los resultados de los estudios con lo que los grandes maestros del pasado concluyeron en cuanto a la interpretación de las Escrituras.
Siempre recomiendo que la Biblia sea nuestra fuente principal de estudio, pero también estudiar el pensamiento de hombres a quienes Dios, sin lugar a dudas, capacitó espiritualmente de manera excepcional en el pasado. Haciendo esto, estaremos menos propensos a cometer errores en lo que Dios quiso decir por lo que dijo en Su Palabra escrita.