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sábado, 3 de diciembre de 2011

Cruzando la Línea del Calvinismo Histórico

El miércoles pasado, uno de nuestros hermanos me comentaba de un audio que estaba escuchando cuyo predicador era “reformado”; pero que le llamó la atención el comentario que éste hizo del versículo que se encuentra en Proverbios 16:4 cuando afirmaba que: “Dios ha creado al impío con el propósito expreso de condenarlo eternamente”. La primera pregunta que salió de mi boca fue ¿Cómo sabes que era reformado? La respuesta del hermano fue “Por que cree en las doctrinas de la gracia”

Así como este hermano cree, muchos también entienden de la misma forma: “Basta creer con las doctrinas de la gracia (DG), para concluir que tal persona tiene sana doctrina”

Nada más equivocado hermanos. Yo he conocido personas que “creen” en las DG pero que también enseñan que una persona salva puede estar en Adán y en Cristo al mismo tiempo. También a otros que “creen” en las DG, pero niegan el “Señorío de Cristo” como evidencia de salvación en la vida del redimido. A otros también que “creen” en las DG pero no tienen la más mínima idea de la “Doctrina de la Iglesia”, etc.

Pero ese no es el tema para esta entrada; sino lo que se conoce como “hiper-calvinismo”

La palabra “hiper-calvinista” debe ser definida con la intención de evitar malos entendidos. Un “hiper-calvinista” no es una persona “muy activa en las doctrinas de Calvino” tampoco es alguien “más calvinista” que los demás reformados. Un “hiper-calvinista” es alguien cuya doctrina y pensamiento ha ido mas allá de lo enseñado por el reformador.

Esta forma de doctrina ha tenido un crecimiento notable en los usuarios del internet en los últimos años. ¿Por qué ha encontrado un terreno favorable en internet? Creo que la razón es que muchos de ellos han visto a las DG como la explicación más consistente de lo que es el evangelio, pero (al mismo tiempo) ellos no tienen fundamentos doctrinales suficientes para comprender lo que se queda dentro del marco de la sana doctrina y lo que sobrepasa a ella. Pareciera que existe más simpatía y aceptación con aquellos que más condenan a otros que no piensan de la misma forma, pero no existe un estudio de sus otros postulados.

Cierta vez se me ocurrió preguntar a algunos hermanos “calvinistas” (o reformados) si habían leído la obra de Juan Calvino “La Institución de la Religión Cristiana” (un libro que tiene como 1,300 páginas) las respuestas fueron increíbles, un altísimo porcentaje de “calvinistas” no habían leído a Juan Calvino (Pero claro, son calvinistas, reformados, etc.)

Phillip R. Johnson ha propuesto una definición quíntuple. El dice:
“La definición que propongo destaca cinco variedades de hiper-calvinismo, que se enumeran aquí en un orden decreciente, de la peor clase a una variedad menos extrema (lo que algunos podrían preferir a la clase como "ultra-alto calvinismo")”:

Un hiper-calvinista es una persona que bien:

  1. Niega que el llamado del evangelio se aplique a todos los que escuchan, o

  2. Niega que la fe sea el deber de todos los pecadores, o

  3. Niega que el evangelio haga alguna "oferta" de Cristo, la salvación y misericordia a los no elegidos (o niega que la oferta de la misericordia divina es gratuita y universal), o

  4. Niega que exista tal cosa como la "gracia común", o

  5. Niega que Dios tenga algún tipo de amor por los no elegidos.
Abordando el versículo del Libro de los Proverbios 16:4 “Todas las cosas ha hecho Jehová para sí mismo, y aun al impío para el día malo” (RV 1960) La afirmación que hizo el predicador “Dios ha creado al impío con el propósito expreso de condenarlo eternamente” proviene de una exégesis equivocada y no responsable. Además, esa conclusión tampoco concuerda con el pensamiento de Calvino ni de otros comentaristas reformados del pasado.
Juan Calvino en su “Institución de la Religión Cristiana Libro III Cap XXIII Num 8, escribe lo siguiente:
Como la causa y la materia de la perdición del hombre residen en él mismo, su condenación es justa. Así pues, si los pelagianos, maniqueos, anabaptistas, o epicúreos - pues con estas cuatro sectas nos enfrentamos al tratar, de esta materia - alegan como excusa la necesidad con que se ven constreñidos por la predestinación de Dios, no dicen nada que dé validez a su causa. Porque si la predestinación no es sino una dispensación de la justicia de Dios, la cual no deja de ser irreprensible aunque sea oculta, así como es del todo cierto que ellos no eran indignos de su predestinación, a tal fin, también lo es que la ruina en que caen por la predestinación de Dios es justa. Además, su perdición de tal manera depende de la predestinación de Dios, que al mismo tiempo ha de haber en ellos causa y materia de ella2 Cayó el primer hombre porque así lo había Dios ordenado; mas, por qué fue ordenado no lo sabemos. Pero sabemos de cierto que Él lo ordenó así porque veía que con ello su Nombre sería glorificado. Al oír hablar de gloria,  pensemos a la vez en su justicia; porque es necesario que sea justo lo que es digno de ser alabado. Cae, pues, el hombre, al ordenarlo así la providencia de Dios; mas cae por su culpa3. Poco antes había declarado el Señor, que todo cuanto había hecho era "bueno en gran manera" (Gn 1:31). ¿De dónde, pues, le vino al hombre aquella maldad por la que se apartó de su Dios? Para que no pensase que le venía de Su creación, el Señor con su propio testimonio había aprobado cuanto había puesto en él. El hombre, pues, es quien por su propia malicia corrompió la buena naturaleza que había recibido de Dios; y con su caída trajo la ruina a toda su posteridad. Por lo cual, contemplemos más bien en la naturaleza corrompida de los hombres la causa de su condenación, que es del todo evidente, en vez de buscarla en la predestinación de Dios, en la que está oculta y es del todo incomprensible. Y no llevemos a mal someter nuestro entendimiento a la inmensa sabiduría de Dios, y que se le someta en muchos secretos.

Porque en las cosas no lícitas y que no es posible saber, la ignorancia es sabiduría, y el deseo de saberlas, una especie de locura.

2Ese "de tal manera" es digno de ser notado. Lo que Dios decreta no se realiza en sus criaturas bajo el imperio de la "coacción". Ninguna concepción determinista puede conciliarse con la omnipotencia de Dios, a la cual destruye. Sabemos, por otra parte, que la "necesidad", en el sentido definido por Calvino, deja libre curso a la libertad y a la voluntad. En una fórmula ceñida, el profesor Augusto Lecerf gustaba decir: "Creemos en un Dios todopoderoso, es decir, capaz de realizar libremente en el plano de las criaturas, lo que necesariamente quiere respecto a Él mismo".

3Hay, pues, dos causas en la caída del primer hombre: una causa oculta, la voluntad insondable de Dios; y una causa evidente, la falta de Adán adornado de libre albedrío. Dejemos a un lado la causa incomprensible y reconozcamos la causa evidente, la de la responsabilidad del hombre. Hay que buscar la causa de nuestra ruina en nuestras propias faltas y no en los secretos que Dios no ha juzgado oportuno darnos a conocer.

(el subrayado es mío)
John Gill, un hiper-calvinista clásico comenta de este mismo versículo de la siguiente manera:
No es el sentido de este texto, ni de ningún otro pasaje de la Escritura, que Dios hizo al hombre para condenarlo, ni tampoco es que esto se deduce de la doctrina de la predestinación: Dios hizo al hombre, ni para condenarlo ni para salvarlo, sino para su propia gloria, y ella está asegurada, ya sea en su salvación o condenación, ni tampoco hace Dios o los hombres malos, El hizo al hombre recto, y el hombre se hizo a sí mismo malo, y, siendo así, Dios puede con justicia destinarlo a la condenación por su maldad, en lo cual glorifica a su justicia. (Traducción: Guillermo de Lama)
En el mismo sentido, el hermano también comentaba acerca de otro versículo citado en la misma predicación: Ro 9:13 “Tal como está escrito: A JACOB AME, PERO A ESAU ABORRECI”

Aquí debemos detenernos y pensar: ¿Aborrece Dios de la misma manera que aborrece el hombre? ¿Qué significa este “aborrecer” dentro del contexto del capítulo, luego dentro del contexto del libro; y finalmente dentro del contexto de la Biblia?

Un estudio cuidadoso del pasaje nos llevará a una conclusión distinta a la que el predicador del mensaje quería llegar. Citando otra vez a John Gill (hiper-calvinista clásico), quien con respecto a este versículo en particular escribe en sus comentarios:
(…) amor eterno e inmutable es la verdadera causa y el origen de la elección de personas particulares a la salvación eterna, y el odio es la causa del rechazo, entendiendo por tal un odio no positivo, que sólo puede tener por objeto al pecado y a los pecadores, o personas así consideradas; sino un odio negativo, que es la voluntad de Dios, no dar vida eterna a algunas personas; y se manifiesta por un abandono de ellos, sin prestar atención de ellos, pasando por alto a ellos, cuando escogió los demás; por lo que la palabra "aborrecer" se utiliza para el abandono, no prestar atención, donde el odio positivo, no se puede pensar que tendrá lugar, como en Lc 14: 26 Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre y madre, a su mujer e hijos, a sus hermanos y hermanas, y aun hasta su propia vida, no puede ser mi discípulo. (Traducción: Guillermo de Lama – el subrayado es mío)
Albert Barnes, sobre este mismo versículo comenta lo siguiente:
Esto no significa ningún odio positivo, sino que había preferido Jacob y a Esaú le había retenido los privilegios y bendiciones que Dios había conferido a la descendencia de Jacob.
Esta fue una parte de la explicación que compartí con el hermano quien me preguntó sobre este tema. Esta entrada es para animar a los hermanos a profundizar en las enseñanzas de las Escrituras por medio de una exégesis responsable; y a la vez comparar los resultados de los estudios con lo que los grandes maestros del pasado concluyeron en cuanto a la interpretación de las Escrituras.

Siempre recomiendo que la Biblia sea nuestra fuente principal de estudio, pero también estudiar el pensamiento de hombres a quienes Dios, sin lugar a dudas, capacitó espiritualmente de manera excepcional en el pasado. Haciendo esto, estaremos menos propensos a cometer errores en lo que Dios quiso decir por lo que dijo en Su Palabra escrita.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Calvinismo y Evangelio ¿Sinónimos?

El motivo del título de esta entrada nace por una pregunta que un hermano me hace por e-mail. Hablando de la doctrina de la regeneración, el hermano pregunta ¿Esta regeneración puede ocurrir con sólo leer la biblia aparte en su casa?

No voy a tocar el tema de la regeneración, sino el mensaje de Dios, “El Evangelio” para la salvación del pecador. ¿Cómo podemos definir “El Evangelio”?

La Biblia lo define de esta manera: 1Co 15:1-4 “Ahora os hago saber, hermanos, el evangelio que os prediqué, el cual también recibisteis, en el cual también estáis firmes, por el cual también sois salvos, si retenéis la palabra que os prediqué, a no ser que hayáis creído en vano. Porque yo os entregué en primer lugar lo mismo que recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras”

Una cita del famoso predicador bautista Charles H. Spurgeon dice:

“Yo tengo mi propia opinión particular que no hay tal cosa como predicar a Cristo y a Él crucificado, a menos que prediquemos lo que hoy en día se llama la doctrina calvinista. El calvinismo no es otra cosa que el Evangelio. No creo que podamos predicar el Evangelio si no predicamos la justificación por la fe, sin obras; ni a menos que prediquemos la soberanía de Dios en Su dispensación de la Gracia; ni a menos que exaltemos el amor que elige y que no se puede cambiar, eterno, inmutable y conquistador de Jehová.

Tampoco pienso que podamos predicar el Evangelio a menos que lo basemos sobre la redención especial y particular de Su pueblo escogido y elegido, que Cristo llevó a cabo en la cruz. Tampoco puedo comprender un Evangelio que permite que los santos se aparten de manera definitiva después de haber sido llamados y deja que los hijos de Dios se quemen en los fuegos de la condenación después de haber creído una vez en Jesús” (Mensaje tomado de la autobiografía de C. Spurgeon, Vol I)

¿Está diciendo Spurgeon que una persona puede ser salva solamente si cree en un evangelio explicado sobre la base de la depravación total, elección incondicional, expiación limitada, llamamiento eficaz y perseverancia de los santos? Es decir, ¿debemos acercarnos a un inconverso con la explicación de los cinco puntos como la forma de evangelizar? Algunos, yo diría muchos, han llegado a creer de esa manera: si una persona no entiende los cinco puntos, simplemente no es salva; por el contrario, si entiende y afirma los cinco puntos, entonces es salva.

Pero, ¿Fue ese el evangelio que escuchó Spurgeon cuando Dios lo salvó? Este siervo de Dios, hablando sobre su testimonio de conversión, dijo lo siguiente:

“A veces pienso que podría haber estado en tinieblas y desesperanza hasta ahora si no hubiera sido por la bondad de Dios en enviar una tormenta de nieve, una mañana de Domingo, mientras estaba yendo a cierto lugar para adorar. Cuando no pude seguir adelante, doblé en una calle lateral, y llegué a un pequeño Templo Metodista Primitivo. En ese recinto puede haber habido una docena o quince personas. Había escuchado acerca de los Metodistas Primitivos, de como cantan tan sonoramente que provocan dolor de cabeza a la gente; pero eso no me importó a mí. Yo quería saber cómo podría ser salvado, y si ellos podían decirme eso, no me preocupaba cuanto dolor de cabeza podrían producirme. El ministro no fue esa mañana; supongo que fue impedido por la nieve. Finalmente, un hombre muy delgado, un zapatero, o sastre o algo por el estilo, subió al púlpito para predicar. Ahora, es bueno que los predicadores sean instruidos; pero este hombre era verdaderamente simple. Él estuvo obligado a apegarse a su texto, por la simple razón de que él tenía muy poco más para decir. El texto era, — 'MIRAD A MÍ, Y SED SALVOS, TODOS LOS TÉRMINOS DE LA TIERRA' [Isaías 45:22]. Él ni siquiera pronunciaba las palabras correctamente, pero eso no importaba. Había, pensé, un vislumbre de esperanza para mí en ese texto. El predicador comenzó así: — 'Mis queridos amigos, este es un texto muy simple verdaderamente. Éste dice, "Mirad". Ahora bien, mirar no requiere un montón de esfuerzos. Esto no es alzar su pie o su dedo; es sólo, "Mirar". Bien, un hombre no necesita ir a la universidad para aprender a mirar. Usted puede ser el tonto más grande, y sin embargo puede mirar. Un hombre no necesita mil años para ser capaz de mirar. Cualquiera puede mirar; incluso un niño puede mirar. Pero luego el texto dice, "Mirad a mí". ¡Ay! dijo él, con la pronunciación característica de Essex 'muchos de ustedes están mirando a sí mismos, pero no hay provecho en mirar allí. Nunca encontrarán bienestar alguno en ustedes mismos. Algunos miran a Dios el Padre. No, miren a Él más tarde. Jesucristo dice, "Mirad a mí". Algunos dicen, "Debemos esperar el obrar de su espíritu". Usted no tiene nada que hacer con eso ahora mismo. Mire a Cristo. El texto dice, "Mirad a Mí".'

Entonces el buen hombre continuó con su texto en esta manera: — 'Mirad a Mí; yo estoy sudando grandes gotas de sangre. Mirad a Mí, estoy colgado en la cruz. Mirad a Mí; estoy muerto y enterrado. Mirad a Mí; yo me levanté de nuevo. Mirad a Mí; ascendí al Cielo. Mirad a Mí; estoy sentado a la diestra del Padre. ¡Oh pobre pecador, mira a Mí! ¡Mira a Mí!'

Cuando él había llegado hasta ese tramo, y logrado extenderse unos diez minutos, estaba al fin de sus recursos. Entonces miró hacia la galería, y me animo a decir que con tan pocos presentes, él sabía que yo era un extraño. Fijando sus ojos justo en mí, como si conociera todo mi corazón, dijo, 'Joven muchacho, luces muy miserable'. Bien, ciertamente que era sí, pero antes no había acostumbrado recibir comentarios desde el púlpito sobre mi apariencia personal. Sin embargo, este fue un buen golpe, dado justo en el punto. Él continuó, 'y tú siempre serás miserable — miserable en la vida, y miserable en la muerte — , si no obedeces mi texto; pero si obedeces ahora, en este momento, serás salvado.' Entonces levantando sus manos, él exclamó, como sólo un Metodista Primitivo podía hacer: 'Joven, mira a Jesucristo. ¡Míralo! ¡Míralo! ¡Míralo! No tienes otra cosa que hacer sino mirar y vivir.'

Inmediatamente vi el camino de la salvación. No sé que más dijo él, — no presté atención a eso —, yo estaba tan obsesionado con aquel único pensamiento”

Lo primero que viene a mi mente es que en una iglesia metodista jamás voy a escuchar predicar “calvinismo”

Segundo, en el mensaje escueto que relata Spurgeon de su propia conversión, no se aprecia ninguno de los cinco puntos.

Tercero, y este es el punto crucial de la entrada, si este mensaje no contiene calvinismo, ni fue predicado por un calvinista ¿Cómo pudo llevar a Spurgeon a la salvación?

¿Qué fue lo que quiso decir él cuando dijo “El calvinismo es el evangelio”?

Si el calvinismo es el evangelio, entonces los no-calvinistas no predican el evangelio. Y si ellos no predican el evangelio, entonces Spurgeon se ha equivocado en cuanto a su propia salvación, ya que el predicador era un metodista que teológicamente es 100% arminiano.

Muchos reformados afirman que un calvinista predica más efectivamente el Evangelio. Entonces, si el calvinismo “hace más efectivo” el evangelio, por consiguiente el arminianismo lo “hace menos efectivo”; es decir, el evangelio depende de la forma de palabras que se digan para hacerlo “más” o “menos” efectivo. Aquí encontramos dos problemas graves:

Primero, que el evangelio es poder de Dios y ese poder no aumenta ni disminuye, o es más efectivo o menos efectivo, dependiendo de la forma de hablar del evangelista, Pablo dijo: 1Co 2:4 “Y ni mi mensaje ni mi predicación fueron con palabras persuasivas de sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder”

Segundo, en la persona que lleva el mensaje del evangelio no descansa poder alguno para la conversión: Hch 26:28 “Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano” Sabemos que Pablo predicaba fielmente el evangelio; pero ¿estaba en él persuadir a los pecadores? Absolutamente no. Sabemos que muchos que escucharon el mensaje de Pablo murieron en sus pecados, al igual que en nuestros tiempos.

El evangelio es el poder de Dios, no depende de palabras ni de personas. El calvinismo no garantiza los resultados en nuestras actividades de evangelismo, Dios lo garantiza. Cuando el Señor predicaba decía: “arrepentíos y creed en el evangelio” pero no todos obedecieron.

Tal vez el mayor extremo es decir que aquellos que no predican el evangelio como nosotros, los reformados, no deberían predicar ningún evangelio. Pero encontramos esa actitud en los evangelios y el Señor nos deja su respuesta: Mar 9:38-40 “Juan le dijo: Maestro, vimos a uno echando fuera demonios en tu nombre, y tratamos de impedírselo, porque no nos seguía. Pero Jesús dijo: No se lo impidáis, porque no hay nadie que haga un milagro en mi nombre, y que pueda enseguida hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros, por nosotros está”

Esta bien que deseemos que todos los redimidos sean ortodoxos y consistentes en cuanto a su visión de la salvación y de la soberanía de Dios, y que prediquen el evangelio de la forma en que lo hicieron los apóstoles y la iglesia primitiva; pero Dios nos ha enseñado que El salva a pesar que muchos de los mensajes evangelísticos no siguen la forma que El mismo  enseñó. Estos hermanos que predican de forma anti-bíblica darán cuentas a Dios por sus acciones, pero esperamos que esta entrada los despierte a una práctica evangelística según la Palabra de Dios y no en tradiciones humanistas. Debemos orar por eso, antes de tener una actitud condenatoria contra ellos.

Para responder la pregunta del hermano, si la salvación podría venir únicamente leyendo la Biblia, hice mención de la conversión de Martin Lutero, el reformador. Creo que para todos es sabido que cuando Martin Lutero estuvo estudiando de manera personal las Escrituras, más precisamente la Carta a los Romanos del apóstol Pablo, hubo un versículo, que en palabras de Lutero “lo hizo sentir renacer” ¿Cuál era este? “Mas el justo vivirá por su fe”. Lutero también dijo de este versículo "me pareció haber entrado por las puertas ampliamente abiertas del mismo Paraíso. Desde entonces la Escritura tomó toda entera un aspecto nuevo ante mis ojos" Debemos recordar que Lutero vivía en un entorno católico-romano que enseña “salvación por obras”, donde no había ningún calvinista que le predique el evangelio, sin embargo eso no fue problema para el Todopoderoso Dios, quien había escogido y predestinado a este monje para salvación desde antes de la fundación del mundo.

Entonces ¿Cuál es la relación entre el calvinismo con el evangelio? ¿Por qué Mr. Spurgeon dijo lo que dijo?

Para comenzar, creo que lo que se llama “calvinismo” se encuentra enseñado por Dios en las Escrituras, las cuales afirman que el hombre no puede conseguir la salvación sobre la base de sus méritos o de un poder propio; sino que la salvación es del Señor (Jonás 2:9). Que la justificación por fe es una total obra de Dios por medio de la vida, muerte, sepultura y resurrección del Señor Jesús.

Por estas razones, pienso que lo que el pastor Spurgeon quiso decir es que el “calvinismo” solamente desarrolla nuestro entendimiento (o comprensión) del poder del Evangelio para la salvación del pecador, según lo que las Escrituras claramente revelan.

Por lo tanto creo que el calvinismo no es el evangelio, sino que expresa la idea que la salvación es de Dios (monergista). Decir que el calvinismo es bíblico es una cosa; pero decir que es el evangelio es algo totalmente diferente. El calvinismo nos ayuda a entender la gracia, pero no es la gracia misma.